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Política

Gobierno de Boluarte nombra como embajador en España a Walter Gutiérrez, ex defensor del Pueblo

 El extitular de la Defensoría del Pueblo asumirá el cargo en reemplazo de Óscar Maúrtua, quien fue retirado del puesto por el Gobierno de Boluarte en enero de 2023.

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Walter Gutiérrez estuvo al frente de la Defensoría del Pueblo hasta abril de 2022. Foto: Andina

Este 23 de marzo, a través de la resolución N.° 045-2023-RE, publicada en el diario El Peruano, el Gobierno de Dina Boluarte oficializó la designación de Walter Gutiérrez como embajador extraordinario y plenipotenciario del Perú en España.

De este modo, Gutiérrez Camacho sucederá en el cargo al ex primer ministro Óscar Maúrtua, quien fue nombrado en el cargo por la administración de Pedro Castillo y quien ocupó la embajada peruana en España entre el 1 de junio de 2022 y el 25 de enero de 2023. En dicha fecha, se decidió por parte del actual Gobierno dar por terminadas sus funciones.

Según se cita en la resolución, la fecha de inicio de Walter Gutiérrez al frente de la embajada del Perú en España se comunicará en su debido momento por medio de otra medida.

Este nombramiento será refrendado por la ministra de Relaciones Exteriores, Ana Cecilia Gervasi, y cuenta con la autorización de la presidenta Dina Boluarte.

Cabe recordar que Walter Gutiérrez ocupó el cargo de defensor del Pueblo desde el 6 de septiembre de 2016 hasta el 30 de abril de 2022, cuando fue reemplazado de manera interina por Eliana Revollar.

Cuestionamientos a Walter Gutiérrez

Durante el 2022, el otrora defensor del Pueblo enfrentó varios cuestionamientos. En primer lugar, su permanencia en el organismo autónomo fue objeto de suspicacias, dado que, nominalmente, el periodo de Gutiérrez finalizaba en septiembre de 2021.

No obstante, al no haber pronunciamiento al respecto ni por el propio Gutiérrez ni por el Congreso, se mantuvo en el puesto hasta abril de 2022, cuando finalmente optó por presentar su renuncia.

Asimismo, Walter Gutiérrez fue criticado en su momento por exigir la renuncia del entonces presidente Pedro Castillo a pesar de la neutralidad política inherente a su cargo.