La reincidencia de licencias en el Congreso ha alcanzado niveles preocupantes, ya que entre el 1 de enero y el 1 de mayo de este año se han registrado aproximadamente 494 licencias en diversas modalidades. Y, debido a la falta de atención al reglamento interno, se ha abusado de estas licencias como una manera de eludir responsabilidades y evitar acumular un porcentaje elevado de inasistencias injustificadas, las cuales podrían resultar en descuentos de hasta el 50% de la remuneración diaria en algunos casos. Todo esto ocurre sin necesidad de presentar documentación que justifique dichas ausencias.
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Entre los permisos que más se han solicitado figuran las licencias oficiales, por enfermedad y las personales.
En el caso de las licencias oficiales, que hasta mayo ascienden a 147, corresponden en su mayoría a las que plantean los legisladores por estar ejerciendo labores en otras comisiones, y son pagadas por el Congreso. En el caso de las licencias personales, ascienden a 71 en cuatro meses.
Sobre las licencias personales, los congresistas presentan permisos por cualquier tema de índole distinta a su función parlamentaria, usualmente para justificar su ausencia en el momento de las votaciones.
Las justificaciones por estos casos tienen un amplio repertorio. Por ejemplo, el 9 de febrero, la congresista Lady Camones excusó su ausencia en sus comisiones asignadas entre las 8:30 a.m. y las 9:05 a.m. explicando “imprevistos de urgencia por atender”; más de un mes después, justificó su ausencia entre las 8:00 p.m. y 10:00 p.m. alegando “compromisos asumidos”.
El 13 de febrero, la fujimorista Vivian Olivos justificó su inasistencia a la sesión del Consejo Directivo alegando “motivos personales”. Y el 14 de marzo, uno de los congresistas sindicado entre ‘Los Niños’, Raúl Doroteo, pidió licencia personal “por imprevistos familiares”, por lo que no participó en sesión de la Comisión Permanente”.
Margot Palacios ingresó su licencia personal para ausentarse de la votación del PL 836 en el pleno del Congreso del 17 de febrero aseverando “fallas técnicas de su equipo celular”.
Y David Jiménez fue más escueto respecto a su ausencia del 9 de marzo, ya que solo aseveró “motivos personales”.
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Hay otros legisladores que apelaron a investigaciones en su contra para justificar su ausencia en comisiones y lograr que el Legislativo asuma el pago por el día de labor. Es el caso de Wilson Soto, que el 24 de marzo ingresó una licencia personal en la que precisó que se daba “por diligencias legales”. Así lo hizo también Francis Paredes, que justificó su ausencia “por diligencias de carácter público que se realizan en su despacho parlamentario”, el último 24 de marzo. O el de Germán Tacuri, que pidió una licencia personal “por citación a la Fiscalía Suprema Especializada en Delitos Constitucionales”, el 13 de abril.
La República revisó estos documentos y, tras consultar con el exoficial mayor del Congreso José Cevasco, se advirtió que, en muchos de estos casos, para que el Consejo Directivo otorgue los permisos, no fue necesario un documento, justificantes y rendiciones de cuentas mínimas. Nuestro medio solicitó justificantes para las licencias otorgadas y la respuesta brindada por el Congreso fue el link del portal oficial, que dirigía a los acuerdos del Consejo Directivo.
En el caso de las licencias por enfermedad, hasta la fecha, el Consejo Directivo ha aprobado 116 permisos, de las cuales en solo 73 citan que se han entregado certificado médico o descanso en regla.
El resto de licencias por enfermedad discurren en citas, terapias, internamientos y, en 22 oportunidades solo a “problemas de salud”. Existen congresistas como José Jerí, quien presentó un documento sin validez, como “certificado de atención”, para justificar su ausencia el 24 de enero.
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Otros congresistas, como Hitler Saavedra, señalaron escuetamente que el motivo de licencia por enfermedad es “por salud”. También Flor Pablo lo justificó alegando “por motivos de salud”; Héctor Valer agregó: “Queda pendiente por regularizar el envío de certificado”.
Del total de licencias por enfermedad, Fuerza Popular es la bancada que ocupa el primer puesto con 33. Sigue el Bloque Magisterial de Concertación, con 10 licencias. Luego, Podemos Perú y Somos Perú, con 9 licencias cada una.
Respecto a las licencias personales, del total de 71, la mayoría han sido solicitadas por el Bloque Magisterial de Concertación, con 22 permisos otorgados; el segundo fue Acción Popular, con 13 autorizaciones; y el tercero Alianza para el Progreso, con 12 licencias.
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El especialista en temas parlamentarios, José Cevasco, recalcó que hay casos, como el de Digna Calle, cuyo pedido de licencias por largo periodo de tiempo corresponde a un vicio del reglamento que tampoco está siendo advertido para su corrección. Planteó que entre los parámetros a tomar en cuenta por parte del Legislativo sobre esta problemática lo más razonable sería que “si un congresista pide licencia por más de un mes o dos meses, lo idóneo sería que su accesitario pase a reemplazarlo”.
Justificaciones de todo calibre se dan en el Congreso para evitar los descuentos de reglamento. Algunas son bastante escuetas.