Por SILVIA ROJAS .....La matanza de Barrios Altos, ocurrida una noche de noviembre de 1991, descubrió al país entero la existencia de un grupo paramilitar con apoyo oficial y garantía de impunidad para sus crímenes. Sin embargo, este destacamento secreto se incubó años antes al calor de la lucha contra el terrorismo. Al inicio se denominaba "Escorpio", cuando sólo era una decena de suboficiales y técnicos de sangrienta reputación en el Ejército, dirigidos por un capitán, el siniestro Santiago Martin Rivas . Conocido también como "Quique", Martin Rivas no era cualquier oficial fraguado en la guerra sucia antisubversiva. Era un experto en trabajos sucios que por orden de la alta jerarquía reunió a un grupo de agentes de Inteligencia Operativa para conformar lo que sería esencialmente un grupo de asesinos. Se cree que el coronel Oswaldo Hanke Velasco , quien era jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) a fines de los 80, fue uno de los mentores de este grupo de élite para funciones secretas. El grupo operó a nivel nacional desde 1989, realizando funciones de vigilancia, seguimiento, secuestros, atentados y, por supuesto, eliminaciones. APARATO DE ÉLITE SANGRIENTO El primer asesinato del Grupo Escorpio data de abril de 1989, cuando un disparo en la cabeza acabó con la vida del periodista radial de Tingo María, Guillermo López Salazar , personaje incómodo para los corruptos jefes militares de esa región. Pero es a partir de 1991 cuando "Escorpio" se convertiría en un grupo de operaciones especiales del SIE con el objetivo de eliminar a Abimael Guzmán , el líder de Sendero Luminoso. Para ello se trabajó seis meses y al final de ese periodo se formó un aparato de élite, dependiente directamente de la Comandancia General del Ejército con presupuesto, armas y cuartel general propio. Martin Rivas era el jefe operativo, secundado por el coronel Rodríguez Zabalbescoa y el capitán Carlos Pichilingue Guevara , enlace y jefe administrativo del grupo, respectivamente. Este tuvo tres destacamentos de hasta 10 hombres cada uno, dirigidos por Antonio Sosa Saavedra, Julio Chuqui Aguirre y Guillermo Supo Sánchez. HORROR Y MUERTES La primera acción fue la matanza de Barrios Altos, el 3 de noviembre de 1991, cuando ingresaron a una pollada en una vieja casona del jirón Huanta y asesinaron a sangre fría a 15 personas, incluido un menor de edad, presuntos subversivos. Utilizaron armas con silenciadores. Ese mismo día se bautizaron como Grupo Colina, en recuerdo al capitán José Pablo Colina Gaige asesinado por los terroristas. En 1992, el grupo Colina fue autor de la desaparación de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Enrique Guzmán y Valle «La Cantuta». En ese mismo año se le atribuye, además, haber eliminado a 10 campesinos de la provincia del Santa (Chimbote), el asesinato de una familia entera y del periodista Pedro Yauri , en Huacho. Pedro Huilca fue asesinado el 18 de diciembre de 1992. Años después, Mesmer Carles Talledo , ex agente de Inteligencia que se desempeñaba como enlace entre el Grupo Colina y los agentes infiltrados en Sendero Luminoso, afirmó en una entrevista con el congresista Jorge del Castillo que el Grupo Colina mató al dirigente sindical. Al año siguiente se descubre la matanza de estudiantes de la universidad La Cantuta y el tercer hombre en la jerarquía del Ejército, general EP Rodolfo Robles denuncia la existencia del grupo Colina y confirma que Montesinos y Hermoza son responsables directos de esos luctuosos hechos.