La inauguración de la nueva refinería de Talara, celebrada el 29 de diciembre de 2023, fue un evento marcado por la algarabía y la esperanza, pero documentos internos revelan que el megaproyecto nunca estuvo completamente listo para operar, contradiciendo las afirmaciones de la presidenta Dina Boluarte y su entonces ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, de acuerdo a un informe de Cuarto Poder.
Durante la ceremonia, Boluarte proclamó: "Podemos anunciar al Perú y al mundo que una nueva y moderna refinería se pone en marcha en Talara y opera en toda su capacidad". Sin embargo, la realidad era muy diferente. A solo días de la inauguración, la refinería enfrentó serios problemas técnicos que llevaron a la paralización de su principal unidad, Flexicoking, primero por 90 días y luego indefinidamente.
Carlos Paredes, expresidente de Petroperú, criticó la falta de transparencia en la gestión de la refinería, afirmando que "no nos dijeron la verdad" sobre la situación del proyecto. Según informes técnicos a los que tuvo acceso Cuarto Poder, varias unidades de la refinería no estaban listas para operar en el momento de la inauguración, y algunas apenas estaban completando las maniobras de arranque.
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Los problemas comenzaron a surgir en agosto de 2023, cuando se detectaron fugas y caídas de flujo en la unidad Flexicoking, que es crucial para la conversión de residuos pesados de petróleo en productos refinados. A pesar de estos inconvenientes, la inauguración se llevó a cabo, lo que ha generado cuestionamientos sobre la responsabilidad de los funcionarios involucrados.
César Gutiérrez, otro exgerente de Petroperú, subrayó que la falta de cautela en la inauguración fue un error grave, ya que se optó por mostrar la refinería funcionando, a pesar de que se sabía que había problemas técnicos. "Si hubieran tenido cautela, debieron seguir actuando como comercializadores", afirmó.
El informe también revela que, a solo días de la inauguración, se reportaron problemas adicionales en el flujo de aire hacia el gasificador y en la circulación de coque, lo que contradice la versión oficial de Petroperú, que sostiene que los desperfectos comenzaron en febrero de 2024, dos meses después de la inauguración.
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La refinería de Talara, un proyecto que costó más de US$6 mil millones, se enfrenta a pérdidas significativas, estimadas en cerca de un millón de dólares diarios si no se logra refinar el combustible. La situación ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza entre los peruanos, quienes exigen mayor transparencia y responsabilidad a las autoridades.
Con la reciente designación de Óscar Vera como gerente general de Petroperú, los temores sobre la gestión de la empresa estatal han resurgido. Vera, quien fue ministro durante la inauguración, ahora tiene la tarea de rescatar a Petroperú de esta crisis, mientras la población exige respuestas claras sobre el futuro de la refinería y su impacto en la economía nacional.
La situación de la refinería de Talara continúa siendo un tema candente en el debate público, y los ciudadanos esperan que se tomen medidas efectivas para garantizar la transparencia y la correcta operación de este importante proyecto.