Alejandro Salas, ministro de Cultura, recorrió ayer las comunidades del parque arqueológico de Sacsayhuaman durante su estadía en Cusco. Concluyó en que los comuneros viven en condiciones infrahuamanas, sin agua, luz, ni desagüe. “Son peruanos que no viven en condiciones dignas. El gobierno le tiene que encontrar soluciones”, dijo.
Salas, llegó a Cusco después de algunas denuncias por el descuido de la fortaleza inca. Sin embargo, su posición fue de respaldo a las comunidades. Algunas de ellas solicitaron el cambio de la directora de la titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco, Magda Mateus. “La Dirección de Cultura no tiene la capacidad para manejar Sacsayhuaman”, criticó Cristian Condori, presidente de la comunidad de Fortaleza. Salas respondió que el cargo de confianza pasará por una evaluación.
Los problemas en Sacsayhuaman son cuantiosos. La Comisión de Juristas, la congresista Katy Ugarte y el Colegio de Arquitectos, denunciaron hace meses construcciones ilegales que ponen en peligro al parque arqueológico. Edificaciones de fierro y cemento para lujosos restaurantes, hoteles y tiendas, pese a estar prohibidas en zonas protegidas.
Según las comunidades, la responsabilidad es de Cultura Cusco. “A nosotros no nos dejan ni tener saneamiento. Están lotizando a vista y paciencia de Cultura. Nosotros hemos denunciado esas invasiones”, insistió Condori.
Heraclio Cereceda, presidente de la Comisión de Juristas y la parlamentaria Ugarte coinciden en que los funcionarios cusqueños tienen mucho que responder.
Recientemente, una familia propietaria de un área del parque colocó una malla olímpica para delimitar su propiedad. La entidad cultural procedió con retirar el tejido metálico debido al impacto visual y paisajístico.
Sin embargo, la directora de Cultura indicó antes que las comunidades también transgreden el patrimonio y que algunas, incluso, restringen su territorio para evitar las fiscalizaciones. Hay que recordar que el exdirector de Cultura, Fredy Escobar denunció al dejar el cargo que el respaldo del gobierno a las comunidades no permitía hacer cumplir las normas de protección.
Salas estuvo también en la maravilla mundial, el último domingo. Señaló que se evidenció un desgaste en las piedras respecto a su color. Lo atribuyó a que los visitantes suelen tocar el patrimonio inca. “Se puede ver, pero no tocar”, dijo. Anunció que Machupicchu pasará una etapa de diagnóstico entre 30 a 60 días para iniciar labores de conservación.