Un miércoles 17 de abril de 2019, Alan García Pérez, quien fue presidente del Perú en dos oportunidades, falleció al interior de su hogar en Miraflores, luego de atentar contra su vida. La muerte de uno de los personajes más importantes de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, más conocida como APRA, ocurrió cuando lo iban a detener preliminarmente por ser investigado referente al caso Lava Jato. Hoy se cumplen tres años de aquel acontecimiento que conmocionó a todo el país.
Aquella mañana de abril, la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) de la Policía Nacional (PNP), junto con el fiscal adjunto Henry Amenabar, llegó a las instalaciones del domicilio de Alan García con la finalidad de hacer efectivo la orden de allanamiento con descerraje de bienes e inmuebles y su arresto preliminar.
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Con la orden judicial en la mano, Amenabar y la Diviac ingresaron a las 6.24 a. m. al inmueble del expresidente. Al interior de este, solo se encontraban Alan García junto con sus dos trabajadoras del hogar. Tres minutos después, apareció García Pérez en los escalones del segundo piso de su casa.
Al salir de su dormitorio, lo primero que dijo fue: “¿Es la preliminar?”. Amenabar —quien estaba acompañado por el comandante Guillerno Castro y otros agentes de la Diviac— le respondió que baje y firme el documento, que era una resolución judicial.
A las 6.28 a. m., Alan García se enderezó, se agarró el pecho y subió las escaleras con dirección a su dormitorio. Sin embargo, uno de los agentes lo siguió y García solicitó que necesitaba comunicarse con su abogado en su cuarto.
Tres minutos después, se encerró y ocurrió su desenlace trágico: el exmandatario se quitó la vida con un revolver de su propiedad. Este hecho generó desconcierto en los presentes y en las personas que se encontraban en los exteriores del domicilio.
Alan García Pérez fue trasladado al Casimiro Ulloa, donde le realizaron una cirugía de urgencia, pero no resistió. Horas después se anunció el fallecimiento producto de una hemorragia cerebral por proyectil de arma de fuego y paro cardiorespiratorio. Alan García Pérez dejó de existir a los 69 años.
El exmandatario de la República fue líder del Ejecutivo dos veces: su primer mandato comenzó cuando tenía los 35 años, en el periodo 1985-1990, mientras que su segunda etapa presidencial fue de 2006 a 2011.
El deceso de Alan García generó gran aflicción en sus familiares y miles de militantes apristas. Su funeral se realizó en la Casa del Pueblo, sede principal del APRA, ubicado en la avenida Alfonso Ugarte, Breña. Ahí asistieron reconocidas figuras de la escena política del Perú, así como los hijos de García Pérez.
Otro momento resaltante es la carta que leyó Luciana García Nores, hija del exmandatario. Esta fue titulada: ”La razón de mi acto”.
Entre lo más destacado del escrito se pudo leer que él ha “visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos”. Esto referente a su presunto vínculo con la empresa brasileña Odebrecht.
“No hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riquezas. La historia tiene más valor que cualquier riqueza material. Nunca podría haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y peruano. Por eso repetí: ‘Otros se venden, yo no’”, se lee en la misiva de García.
El 19 de abril de 2019 fue cremado en el cementerio católico de Huachipa.
El exmandatario no era ajeno a los presuntos vínculos de corrupción respecto al caso de la empresa brasileña Odebrecht. Según investigaciones de la Fiscalía, García Pérez había recibido sobornos de la empresa mencionada en relación al proyecto de la línea 1 del metro de Lima. El exmandatrio iba a adjudicarle la ejecución de los tramos 1 y 2, así como a la construcción de la Interoceánica.
Según las propias investigaciones, Alan García había recibido el monto de US$ 100.000 por una presunta conferencia en Sao Paulo. Sin embargo, no era la única vez que recibía esa cantidad de dinero. Personas cercanas a su círculo social habrían cumplido la función de intermediarios respecto a estos depósitos de dinero.
Luis Nava, exsecretario de la Presidencia durante el segundo mandato de Alan García, recibió US$ 4 millones de la Caja 2 de Odebrecht. Asimismo, García Pérez estaba acusado de recibir aportes durante su campaña presidencial en el 2006.
Jorge Barata, exrepresentante de Odebrecht en Perú, manifestó a las autoridades del país que mediante Luis Alva, otro integrante del APRA, había entregado US$ 200.000 a la campaña de Alan García Pérez.