El Congreso de la República decidió otorgar el voto de confianza al gabinete de Aníbal Torres. Con 64 votos a favor, 58 en contra y dos abstenciones, el cuarto equipo de trabajo de Pedro Castillo, en siete meses de Gobierno, logró obtener el visto bueno.
El politólogo Eduardo Dargent sostuvo que la votación fue interesante. Pese a que bancadas como Alianza para el Progreso y Acción Popular habían adelantado que no votarían por la investidura, al final decidieron respaldar a Torres Vásquez.
“Hubo cálculos, estuvieron viendo cuántos votos necesitaban para no negarle la confianza”, dijo.
Tras la votación, Dargent concluyó dos cosas. La primera que el Gobierno de Pedro Castillo se ha acercado nuevamente al partido de Vladimir Cerrón, Perú Libre, el cual votó en bloque a favor del primer ministro. Agregó que mientras el partido del lápiz tenga una cuota de poder dentro de la PCM este apoyo continuará.
En segundo lugar, la existencia de un bloque conformado por Alianza para el Progreso (APP), Somos Perú, Podemos Perú y Acción Popular, donde importa los vínculos regionales y los negocios
“Me ha sorprendido la forma en la que Acción Popular ha apoyado masivamente la confianza. APP fue más cuidadoso, se partió un poco, al igual que Somos Perú y Podemos, pero Acción Popular claramente ha apoyado al Gobierno de una manera muy directa”, señaló.
Por otro lado, acotó que el partido de la lampa tiene una fama de federación independiente donde no existe claridad sobre la posición programática, lo cual daña severamente a la agrupación política.
“Acción Popular desperdició una gran oportunidad, después del triunfo en Lima, de construir una plataforma, ocupar un espacio vacio en el Perú”, explicó.
No obstante, advirtió que este apoyo no empodera al Gobierno de Castillo. De acuerdo a su análisis, es posible que en las próximas semanas el Congreso de la República censure a ministros cuestionados como Hernán Condori, titular de la cartera de Salud.
Por último, precisó que hay posibilidades de que Pedro Castillo termine su mandato. Dargent indicó que tanto el Ejecutivo como el Legislativo han llegado a un equilibrio, donde se ha normalizado el uso abusivo de las armas constitucionales como la vacancia presidencial y la disolución del Parlamento.
“Estamos con una clase política muy amateur, muy centrada en intereses pequeños”, apuntó.