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Política

La fiscal de la Nación está bajo ataque de las redes de corrupción

Una leyenda. La historia del nombramiento de Zoraida Ávalos como fiscal suprema titular en diciembre del 2013, en medio del enfrentamiento entre el desactivado Consejo Nacional de la Magistratura y el Tribunal Constitucional.

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Firmeza. Zoraida Ávalos siempre rechazó cualquier irregularidad en su nombramiento. Foto: difusión

Los ataques contra la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos Rivera, son impulsados por los remanentes de la red “Los Cuellos Blancos del Puerto” y sectores vinculados al fujimorismo, de acuerdo con diversas fuentes judiciales y fiscales.

Lo que buscan es debilitar al Ministerio Público para traerse abajo las investigaciones que están a nivel de la Fiscalía Suprema, pues si las denuncias prosperaran, la institución se quedaría con solo un fiscal supremo: Pablo Sánchez Velarde.

Semanas antes de que comenzaran los ataques a la fiscal de la Nación, Sánchez también fue objeto de denuncias sin sustento. Pablo Sánchez es el fiscal supremo decano, por lo que el 29 de marzo próximo, al vencer el periodo de Ávalos, él deberá asumir la Fiscalía de la Nación.

pablo sanchez

La Junta Nacional de Justicia recién estaría en condiciones de nombrar nuevos fiscales supremos titulares a fines del 2022. Pero, al tratarse de un proceso complejo, esto podría tardar más tiempo y el Ministerio Público quedar acéfalo, durante un año más.

Una leyenda urbana

Los ataques contra Ávalos se sustentan en una “leyenda urbana” que data de diciembre del 2013 y que se reedita de acuerdo a las necesidades de los críticos.

Esa leyenda dice que Ávalos fue nombrada fiscal suprema titular con ayuda de un “alguien”. Un personaje que cambia de nombre con el tiempo. El 2014 se llamaba César Álvarez o Rodolfo Orellana. El último año, es el operador político José Luis Cavassa Roncalla.

Durante estos ocho años, nadie aportó un solo indicio o evidencia de que ese “alguien” exista. Se repite el rumor de que el procurador anticorrupción Javier Pacheco ha recogido, en recortes periodísticos o páginas web de poca credibilidad.

Cavassa, el supuesto hombre clave, ha pasado tres años en prisión en absoluto silencio. Una historia de esta naturaleza, de ser cierta, lo convertiría en el más grande delator del país.

Hasta hoy, en la investigación a los “Cuellos Blancos” no existe una sola declaración que ubique a Cavassa manejando el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) desde el 2014.

José Luis Cavassa. Foto: Jorge Cerdan Campos

Sí fuera así, no solo caería Ávalos. Entrarían los consejeros de entonces: Máximo Herrera, Luis Maezono, Gonzalo García, Luz Guzmán, Víctor Soto, Pablo Talavera y muchos otros.

El origen

Para entender el origen de la leyenda, hay que retroceder dos años antes del nombramiento de Ávalos. El 2011, el Ministerio Público tenía solo tres fiscales supremos titulares: José Peláez, Gladys Echaíz y Pablo Sánchez.

Estaba por terminar el periodo de Echaíz y la debía reemplazar Sánchez. Entonces, intervino el CNM: realizó un concurso en el que quedaron finalistas César Hinostroza, Carlos Ramos, Mateo Castañeda, Pedro Angulo y Pedro Chávarry, para tres plazas vacantes.

Fueron nombrados Ramos y Chávarry. Supuestamente, ambos aseguraban que Peláez sea nombrado fiscal de la Nación. Eso sucedió el 2012 y la leyenda empezó a tomar forma: el Consejo elegía e inclinaba la balanza en la Junta de Fiscales Supremos.

Pero, sigamos en el 2011. Por un lado, quedó una plaza vacante, mientras que Hinostroza y Castañeda presentaron demandas de amparo contra su exclusión.

Inapelable. La fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, tomó una decisión que es inapelable. Foto: difusión

Entre el 2012 y el 2013, un juez y el Tribunal Constitucional les dieron la razón: el CNM debía nombrar a uno de los dos. Los consejeros dijeron no y convocaron un nuevo concurso.

Un juez constitucional paralizó el concurso. Luego, el proceso estuvo por declararse desierto, pues ninguno de los postulantes pasó el examen curricular.

Por eso, los consejeros dispusieron reevaluar los currículos. Entonces, pasaron Zoraida Ávalos, Nora Miraval y José Pereira. El 18 de diciembre del 2013, el CNM nombra a Ávalos.

Si el nombramiento se realizó por presión, fue derivado del reclamo de Hinostroza y Castañeda. En tanto, en el Ministerio Público siguieron los problemas y en enero del 2014 Gladys Echaíz renunció.

Recién entonces, el CNM convocó a la otra finalista del último concurso: Miraval. Meses después, Ávalos y Miraval votaron por Ramos. Por eso, se dijo que ese “alguien” era un operador de Álvarez y/o Orellana.

Supuestamente, Ramos llegaba para matar las investigaciones contra esos personajes. No lo logró, pero sí nació la ficción que hoy utilizan personas interesadas en destruir el trabajo del Ministerio Público.

Respaldo

Pronunciamiento. La mayoría de fiscales superiores y los principales cargos administrativos del Ministerio Público dieron su respaldo a la fiscal de la Nación ante la irresponsable denuncia del procurador Javier Pacheco.

Poder. En un comunicado, los fiscales recuerdan que los ataques contra Zoraida Ávalos se dan en contexto en que la Fiscalía investiga al poder político y económico por graves actos de corrupción.

Sin pruebas. El procurador Javier Pacheco habla de indicios que no ha podido mostrar. Foto: Antonio Melgarejo/ La República