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Política

Prochazka: “El gran error del manejo de esta crisis ha sido lo de las pruebas serológicas”

Entrevista el médico epidemiólogo Mateo Prochazka, quien identifica los principales errores del gobierno en la lucha frente al nuevo coronavirus (COVID-19).

En la siguiente entrevista el médico epidemiólogo Mateo Prochazka responde sobre la situación actual de la pandemia en el Perú. Identifica los principales errores cometidos por el gobierno y sugiere algunas medidas que pueden tomarse hasta que se puede distribuir la vacuna.

¿Este es el peor momento de la pandemia en el Perú?

Creo que lo venimos atravesando desde hace un tiempo. Es difícil capturar la verdad y la realidad porque no estamos haciendo las pruebas correctas ni suficientes en los sitios indicados. La mejor forma de saber cómo vamos son los datos del Sinadef y los análisis de mortalidad comparada con años previos, que no son impecables…

Aunque ofrecen un estimado.

Es un estimado, considerando que en esas muertes hay causas distintas al coronavirus. Es terrible hablar de estos márgenes de error. La incertidumbre de saber con qué datos se trabaja, es tremenda.

De acuerdo. Entonces, el Perú atraviesa el peor momento de la pandemia desde hace un tiempo. ¿Hasta cuándo?

Parece que lo seguirá atravesando, porque los excesos de muerte comparados con años previos están cambiando poco, lo cual apunta a un tema de medición pero también a malos sistemas de control. No estamos identificando ni aislando casos rápidos. Hay un subdiagnóstico tremendo y un asintomático puede transmitir la infección generando consecuencias severas en otros. Insisto, actualmente nuestra mejor forma de vigilancia es el exceso de mortalidad, específicamente lo que se ve en el Sinadef, sin embargo son datos con limitaciones aunque apuntan a que la transmisión es sostenida. Por supuesto que hay que ver las cosas más focalizadas, sobre todo por el tamaño del territorio.

Gobierno espera detener aumento de casos con nuevas medidas. (Foto: John Reyes / La República)

Cuando se anunció el levantamiento parcial de la cuarentena, la sensación era que quizás lo peor ya había pasado. La situación actual, ¿responde a esa decisión de pasar a una siguiente etapa?

Es una posibilidad. Incluso con las limitaciones de las pruebas diagnósticas que nosotros hacemos, hubo una disminución en la cantidad de casos alrededor de junio y ahora se ve un incremento grande. Eso puede deberse por cambios en el comportamiento de las personas, que son a su vez respuesta de las políticas públicas del Ejecutivo. Pero también hay un componente de fatiga, porque no ha habido, en ningún momento, un instante en el que la gente pueda descansar un poco. Hay personas para las que la cuarentena ha sido permanente.

Una curiosidad: Usted al inicio ofrecía información de manera permanente sobre la situación de la pandemia. Ahora lo hace con menor frecuencia, ¿por qué?

El trabajo que hacía en los primeros meses era sobre los cambios semanales pero dejé de hacerlo porque, en realidad, la calidad de los datos no ameritaba hacerlo así. Por eso, ahora veo la información de una manera más gruesa.

¿Y eso qué te dice?

Que da la impresión de que estamos en dos picos grandes de transmisión, vamos en el segundo, con una meseta al medio que no ha sido absoluta. Y, aun así, me quedo con la incertidumbre de si este patrón es lo que ha pasado en la realidad, o es lo que han capturado los datos. Las pruebas que hacemos son de anticuerpos, que no son las de mejor calidad. Lo que necesita el Perú son pruebas moleculares rápidas. La iniciativa del equipo de Edward Málaga es muy valiosa.

Cuando se le preguntaba al gobierno sobre lo de las pruebas moleculares, la respuesta era que su acceso resultaba complicado. ¿Eso ya cambió ahora?

Esas pruebas son muy específicas y para fabricarlas había que estudiar muy bien al virus. Al comienzo era entendible que la excusa fuera un tema de oferta y demanda. Hoy ese ya no es el problema. Existe oferta. Nuestra limitación es la falta de laboratorios que puedan procesar esas pruebas. Se necesitan insumos, personal calificado y eso, en el Perú, existe de manera muy limitada. No existe la capacidad de hacer las pruebas que se necesita para los 30 millones de peruanos.

Se habla mucho de los cercos epidemiológicos y del contact tracing. ¿Son viables en las condiciones actuales?

Se necesitan presupuesto y personal entrenado que haga las llamadas telefónicas y el rastreo de contactos. También, voluntad y educación de la población para acatar las medidas. Perú tiene gran cantidad de limitaciones. ¿Qué herramientas fundamentales existen para hacer ese rastreo? ¿Existe una base única de números de teléfonos? Te hablo desde mi experiencia acá (en Reino Unido). El tipo de vigilancia que se hace se basa en que todos tienen una dirección indexada al tipo de propiedad. Si hay un aumento en el número de casos yo puedo saber en cualquier momento cuál es la dirección de una persona y si vive en una cada de reposo o trabaja en una fábrica. Y esa data se utiliza en tiempo real para informar a los equipos locales y advertirles. Esa vigilancia se hace cada 24 horas.

Eso en el Perú no se podría.

Por la falta de años de inversión en mapear a la población, en portabilidad numérica. Vuelvo a tu pregunta: el cerco epidemiológico es fundamental, pero en el Perú va a tener una serie de retos relacionados con la falta de información actualizada sobre la ubicación de las personas y para contactarlas. Es parte de esta suerte de informalidad crónica peruana, en la que muchos existen pero no pueden ser vistos en bases de datos. La información del Reniec no es actualizada. Entonces, sí, hay limitantes, pero que no prohíben el uso de estas estrategias.

Foto: John Reyes / La República.

¿Qué se necesita entonces?

Ingenio y creatividad para reconocer esas limitaciones y trabajar con ellas. Se necesita mejorar los sistemas de información de la población que ya existen, ese es uno de los mensajes clave de esta pandemia, algo fundamental para articular políticas de salud pública. Pensaría que en Lima -en ciertas áreas centrales- hay mejor calidad de data y se podría hacer pilotos, lo mismo en Arequipa.

¿Es factible cerrar calles o distritos?

Es complicado. No he visto en otras partes del mundo que se cierra una parte de una ciudad, porque es muy difícil controlar el flujo humano. Tengo entendido que el presidente Vizcarra anunció de nuevo el domingo de inamovilidad a nivel nacional, ¿cierto?

En efecto.

Eso, por ejemplo, me parece algo desacertado.

¿Por qué?

Porque yo esperaría que a estas alturas de la pandemia tengamos ya mucha más información de corte regional que nos diga qué zonas ameritan una inamovilidad de ese tipo y cuáles no. Uno ve los datos y no todas las regiones están igual. Esa medida de una sola talla para todo el país, en estos momentos, ya me parece un poco obsoleta. Ya deberíamos estar con medidas focalizadas.

Personal de las Fuerzas Armadas vigila el cumplimiento de la inmovilidad social. Foto: John Reyes / La República

Lo que hay son cuarentenas estrictas en cinco regiones y en 34 provincias. Entiendo que la lógica de los domingos es evitar por un día completo los contagios, ¿no?

Sí, sí. Sería interesante ver los datos y las proyecciones que avalan esa clase de decisiones. No digo que sea algo irresponsable, lo que digo es que podría haber formas más precisas de adoptar esas medidas. Que se anuncie algo así tan grueso, sin presentar cuál es el respaldo, me hace pensar que la calidad de la data realmente es mala y que el Ejecutivo está mirando a través de un lente turbio que le impide ver bien la realidad.

¿Cómo debe planificarse lo que viene?

Estamos en una etapa de la pandemia en la que debemos dejar de pensar en el corto plazo. Al comienzo tuvo que ser así porque no se sabía lo que venía. Ahora queda claro que esto durará por lo menos el resto del año y la mitad del siguiente, siendo optimistas. Tengo menos preocupaciones sobre la capacidad del Perú de recibir la vacuna y administrarla, que de sostener una economía y sistemas que funcionen hasta que aquella llegue. El Perú tiene buenas cadenas de frío, buenos programas de inmunización. Lo que me preocupa más bien es que las medidas de ahora son cortoplacistas cuando se necesitan planes estratégicos de aquí a un año…

Para aguantar.

Exacto. ¿Cómo hacemos que las personas no se mueran de diabetes? ¿Cómo se está atendiendo a las personas con VIH? ¿Qué pasa con el dengue? Necesitamos una mirada integral que reconozca que el coronavirus no se va a ir en el año que viene. Es una realidad dura, algo que nadie hubiese querido. Se debe fortalecer la capacidad de atención en salud y los sistemas de información, pero eso no debe esperar a la siguiente crisis, sino que debe hacerse en paralelo.

¿Qué diría de la actuación del gobierno desde que empezó la crisis?

Creo que hubo medidas tempranas acertadas, proporcionales y que requirieron mucho coraje. Al mismo tiempo, me parece un gran error el haber dependido de pruebas serológicas para armar la curva, sobre todo porque veo a otros científicos independientes que trabajan desde sus plataformas en redes sociales hablando del R, sin embargo, los datos que usan para esos cálculos son los de las pruebas serológicas. Eso no nos sirve, esos cálculos del R no nos están diciendo nada. Entonces, el gran error, el gran error del manejo de esta crisis ha sido lo de las pruebas serológicas. Y por otro lado, se debió invertir desde el comienzo en sistemas de información de alta calidad. No sé cuánto se ha hecho de eso, no lo ha visto el público.

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