El teniente general PNP Gastón Rodríguez Limo sorpresivamente juró al despacho del Ministerio del Interior en reemplazo de Carlos Morán Soto. Hasta las 8 de la noche del viernes, Rodríguez había sido voceado como sustituto del comandante general de la Policía Nacional, teniente general José Luis Lavalle. Pero, incluso el propio Lavalle, que se encontraba en su oficina, recién se enteró del nombramiento por TV Perú. Cinco minutos después, presentó su carta de renuncia.
Como lo adelantó La República el jueves, el entonces ministro del Interior, Carlos Morán, convocó a su despacho con carácter de urgencia a las principales autoridades del Comando Policial. Ellos son el subcomandante general de la Policía Nacional, teniente general PNP Jorge Flores Pérez; el inspector general, teniente general PNP José Baella Malca; y el jefe de la Dirección de Investigación Criminal (DIRNIC), teniente general PNP Max Iglesias Arévalo. Les informó que el mandatario Martín Vizcarra había resuelto prescindir de sus servicios y que presentaran sus cartas de renuncia.
El jefe del Estado los pasó al retiro porque los tres tenientes generales antecedían a Gastón Rodríguez Limo en el escalafón policial. Para designar a este como comandante general de la Policía Nacional, tenía que dar de baja a Flores, Baella e Iglesias.
Rodríguez estaba en el quinto puesto y se encargaba de la Dirección de Prevención, Orden y Seguridad.
Fuentes relacionadas con el despacho de Morán aseguraron que en el transcurso del viernes se informaría de la salida del teniente general José Luis Lavalle. Es más, Morán se presentó junto con el presidente Vizcarra en la conferencia de prensa habitual e incluso le dio la palabra. Pero surgieron discrepancias porque el jefe del Estado tenía que escoger entre los tenientes generales más antiguos, esto es Flores, Baella e Iglesias, para sustituir a Lavalle.
Pero al final el presidente Vizcarra optó por cambiar a Morán y designar como ministro del Interior al teniente general Gastón Rodríguez Limo. Su lugar lo ocupará el teniente general José Baella Malca, lo que implica que pasarán al retiro los tenientes generales Jorge Flores y Max Iglesias.
Las fuentes consultadas indicaron que el presidente Vizcarra estaba preocupado por la sensación de caos en el Ministerio del Interior y en la Policía Nacional por la descoordinación y desentendimiento. Un día Morán decía que había 300 policías infectados, otro Lavalle lo enmendaba y afirmaba que eran 1.000 y aparecía el jefe de Comunicaciones de la Policía que declaraba que eran 2.000.
A esto se sumaron los constantes episodios de efectivos enfermos que denunciaban que habían sido abandonados por sus superiores, o se negaban a trabajar si es que no les hacían las pruebas de descarte porque sus compañeros estaban enfermos.
Además, los casos de presunta corrupción en las compras policiales de mascarillas, equipos de protección y alimentos para los efectivos que están en la primera línea de lucha contra el nuevo coronavirus minaron la credibilidad de los despachos del Mininter y de la Comandancia General de la Policía Nacional.
“Si la Policía Nacional proyecta una imagen de falta de liderazgo y de desorden, ¿cómo podría garantizarles seguridad a los ciudadanos?”, manifestó una fuente.
La aparente disputa entre el teniente general Lavalle y otros oficiales de su grado también influyó en la decisión de los cambios en el alto mando policial.
El primer ministro Vicente Zeballos confirmó a la periodista Mávila Huertas que el tema de la corrupción policial fue determinante en los cambios en el Ministerio del Interior y en la Comandancia General de la Policía Nacional.
Según la versión del premier Zeballos, faltó rigor del Ministerio del Interior frente a los presuntos casos de corrupción en la Policía Nacional. Tanto así que el presidente Vizcarra se refirió a estos incidentes en la conferencia habitual sobre la lucha contra la pandemia del coronavirus.