Si Del Solar no logra enfrentar estos retos con éxito, podrían negarle la confianza y Vizcarra no tendría el respaldo ni el capital político para hacer cuestión de confianza.,El optimismo indestructible es el atributo del sonso alegre. Quien no es capaz de contemplar la posibilidad de que el pan se queme en la puerta del horno (de entrada o de salida) está frito. El miércoles dije en Canal N que lo más probable es que a Del Solar le den el voto de confianza pues ninguno de los congresistas que tiene problemas con la justicia tiene apuro alguno en enfrentarlos. Igual insultarán a Vizcarra, lo tildarán (otra vez) de inepto e ineficaz, de intolerante, de golpear al Congreso solo para mantener su popularidad, de tener entripados con el club de la construcción y de no haber cumplido ni la mitad de lo que ofreció. Golpearán a los ministros empezando por Carlos Bruce y su investigación por presuntamente pertenecer a una organización criminal; sus chicharrones por la seguridad policial de sus restobares, la electricidad que consumen y el espacio público que invaden. Criticarán la designación inexplicable del Sr. Nelson Chui como Director Ejecutivo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios. Chui fue investigado por desbalance patrimonial y lavado de activos y la más reciente acusación que pesa sobre él es peculado por comprar lapiceros de oro para sus allegados con plata del gobierno regional y pasarlos como si fueran capacitación. Dirán que se quedan con Bruce y llaman a Chui cuando por mucho menos echaron a Heresi del Ministerio de Justicia. Y tendrán razón. Señalarán la liberación del líder comunero de Fuerabamba, Gregorio Rojas, como prueba “inequívoca” de la injerencia política del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial y el Ministerio Público y acusarán a Vizcarra de ser más o menos Ortega o Maduro. La izquierda, por haberlo metido preso; la derecha por haberlo soltado. Llamarán incompetente a Del Solar, un “caviar” “odiador” escogido por Vizcarra para mejorar -sin éxito- su aprobación, y tras 16 horas de decir sonseras, obviedades, sin sentidos y dos minutos de verdades, le darán el voto de confianza, claro, solo si la crisis en Las Bambas no empeora. La popularidad de Vizcarra cayó de 56% a 44% (hasta el 23 de marzo) antes de que el problema “reviente” (26 de marzo), lo que significa que la caída puede ser mayor. Un nuevo gabinete suele darle un respiro al gobierno; eso no ha sucedido esta vez. Si empeora Las Bambas y otros conflictos se activan (por ejemplo, en el sur), los congresistas deberán evaluar si le otorgan la confianza a un premier que arranca con 40% de desaprobación, muchas papas calientes y un -hasta ahora- desempeño subóptimo considerando que, según las encuestas, la valla que dejó su predecesor no estaba tan alta. Si Del Solar no logra enfrentar estos retos con éxito, podrían negarle la confianza y Vizcarra no tendría el respaldo ni el capital político para hacer cuestión de confianza. De ahí en más, el tablero y las reglas del juego político serán otros. La única salida es mejorar los índices de gestión y construir alianzas en el Congreso. Una mesa directiva presidida por Fuerza Popular -o sus topos- sería un revés durísimo para un Ejecutivo que se debilita en medio de conflictos regionales y con un gran comunicador al frente que busca apoyarse en la experiencia fallida de un -hoy- lejano predecesor.