Algunas cosas buenas que están pasando en el país.,El ruido noticioso no debería impedir la identificación de expresiones positivas que pueden contribuir a la construcción de una perspectiva más estimulante del futuro peruano. Por ejemplo, el relevo de Juan Luis Cipriani en el arzobispado de Lima termina con dos décadas de manejo ideologizado, politizado y sectario en la iglesia católica peruana. El sucesor, Carlos Castillo, tiene una agenda compleja para reconstruir la reputación de la iglesia, incluyendo las denuncias de pedofilia en su interior, pero su formación y trayectoria producen expectativa en el contexto de los nuevos enfoques sustentados por el papa Francisco y con los que no encajaba Cipriani. La salida de Cipriani coincide con el contexto del colapso del fujiaprismo en la política peruana, del cual el cardenal fue pieza clave, al igual que el ex fiscal de la nación Pedro Chávarry, cuya caída constituye un problema para el Apra y Fuerza Popular que lo usaban como bastión en la justicia. Pero este colapso del fujiaprismo tiene su mayor expresión positiva en la pérdida del control mayoritario del Congreso que debe dar lugar a una recomposición urgente de todas las comisiones para concretar un perfil distinto de la política peruana. Esto debe contribuir a avanzar en la reforma judicial con la aprobación de la ley de la Junta Nacional de Justicia, así como lanzar la reforma política, para lo cual está trabajando con todas las partes involucradas una comisión solvente y profesional encabezada por Fernando Tuesta. Con relación a la justicia, es positivo que se haya concretado la sentencia judicial de que Alberto Fujimori debe volver a la cárcel –pues los fallos judiciales son para cumplirlos sin excepciones–, como positivo también es que se esté preparando legislación para atender a todos los presos que estén en esas condiciones y no solo a los que tienen conexiones políticas. También es positivo que, a pesar de todo lo que hizo el fujiaprismo para evitarlo, se vaya a firmar el acuerdo con Odebrecht para facilitar los testimonios que ayudarán a llegar a la verdad y a que se haga justicia. Sobre el futuro de la capital, se perciben expresiones de liderazgo interesantes, tanto en el municipio metropolitano, como en distritos como San Juan de Lurigancho, La Victoria y Miraflores, enfrentando urgencias o problemas antiguos. Finalmente, Nicolás Maduro sigue en el poder, pero va creciendo la presión externa para sacarlo, y hasta la izquierda peruana se va dando cuenta, por fin, de que las dictaduras no son buenas, cualquiera sea su color.