Actuar ya para no postergar la reforma político-judicial.,El gobierno y todos los sectores políticos y de la sociedad civil interesados en avanzar en una reforma político-judicial deberían ejercer presión para superar el esfuerzo del fujiaprismo por dilatar y hasta cancelar cualquier transformación. El caso más evidente del intento del fujiaprismo por detener la reforma es el que ha hecho notar, con preocupación, la Asociación Transparencia sobre la tremenda lentitud del congreso para procesar la ley orgánica de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) que debe reemplazar al corrupto CNM que manejaron los partidos de Alan García y Keiko Fujimori. Es obvio que el fujiaprismo no quiere apoyar esa reforma y que prefiere ir con pies de plomo, simulando que algo hace pero, en la práctica, no haciendo nada. Cuando, por ejemplo, el premier César Villanueva reclama celeridad, obtiene como respuesta una nueva malcriadez de esa combinación de lo peor de Martha Chávez y Luis Galarreta que es la congresista Rosa Bartra, quien lo mandó a los aniegos de San Juan de Lurigancho. Debido a la pachocha de la comisión de constitución que Bartra preside, se está evaluando ampliar la legislatura extraordinaria prevista hasta fin de enero, pero quizá ya es momento de pensar en otras iniciativas que permitan avanzar con rapidez, con prisa y sin pausa, en la creación de la JNJ para poder remover, ratificar y nombrar a jueces y fiscales. Una sería hacer una cuestión de confianza sobre el tema que ponga al congreso en la disyuntiva de apuntalar la reforma o su propia disolución. Pero, antes de llegar a esa situación tan extrema como esa, lo apropiado sería proceder cuanto antes a la recomposición de las comisiones del parlamento, así como de la junta de portavoces, con el fin de que su conformación responda a la nueva realidad del congreso por el surgimiento de tres nuevas bancadas y la reducción de los integrantes de Fuerza Popular por las renuncias que se han producido en esta agrupación. El fujiaprismo pretende que estos cambios que son indispensables y urgentes ocurran recién en julio próximo con el fin de aprovechar el más de medio año que falta hasta entonces para impedir cualquier reforma político-judicial y también, y para seguir usando comisiones como constitución, ética o de acusaciones, entre otras, al servicio de su interés político particular. Si no se recomponen las comisiones en los días siguientes, el fujiaprismo seguirá usando el congreso como hasta ahora, es decir, como el espacio para sus enjuagues partidarios.