(No se alude al capo del Apra sino a su delegado en el MP).,Se apura el fujiaprismo al festejar la salida de Rafael Vela y Domingo Pérez perpetrada por Pedro Chávarry, porque eso, en vez de impedir que se procesen las inmundicias de sus jefes, solo acelerará su colapso. La lucha contra la corrupción es un proceso complejo, con marchas y contramarchas, y el 31 de diciembre la mafia ganó una batalla que, sin embargo, será una victoria pírrica pues ayudará mucho a remover obstáculos pendientes para adecentar el ministerio público, el principal de los cuales hoy se llama Pedro Chávarry. PUEDES VER: Solo era un mensaje espiritual El festejo del fujiaprismo empezó anteayer temprano gracias a un comentario preocupante del presidente Martín Vizcarra que cuestionó un punto del acuerdo entre la fiscalía y Odebrecht. Un indicio de su error fue que, apenas lo dijo, fue felicitado en las redes por dos conspicuos representantes del fujiaprismo, Jorge del Castillo y Yeni Vilcatoma, cuyo interés no es, precisamente, la lucha anticorrupción sino el blindaje indebido a Alan García y Keiko Fujimori. Pero el éxtasis del fujiaprismo llegó cuando Chávarry anunció que reemplazará a Vela y Pérez, en medio de cohetones, brindis y una conferencia de prensa sin preguntas, creyendo que así pasaría fácil su decisión basada en argumentos deleznables. Por supuesto que las decisiones de Vela y Pérez no están exentas de crítica, pero otra cosa es hacer lo que hizo Chávarry: sacarlos para proteger a Alan García y Keiko Fujimori justo antes del testimonio de Jorge Barata en Brasil. Hay muchos interesados en que esto no ocurra, para lo cual petardean el acuerdo con Odebrecht. Alan García parece haber quedado muy contento con la movida de su fiscal de la nación y tuiteó “que sigan investigando quienes quieran y cuánto quieran #OtrosSeVendieronYoNo”. PUEDES VER: Presidente Martín Vizcarra emitirá pronunciamiento sobre remoción de fiscales Pero la salida de los fiscales encargada por García a Chávarry –sabe Dios qué le deberá este al Apra–, solo será el final del intento de blindarlo de manera indebida ante la justicia, pues es un antídoto muy potente la combinación de una ciudadanía indignada que en este caso bordearía el 90%; un presidente popular como Vizcarra que encuentra en la anticorrupción una forma estupenda de conectar y de coincidir con la gente; y una nueva correlación de fuerzas en el congreso que facilitará la salida de Chávarry del ministerio público. Todo lo cual implicará el fin del blindaje a García y Fujimori para un debido proceso, pero es crucial que esto cumpla estrictamente la legalidad que el fujiaprismo se esfuerza en violar. Porque a las mafias se les combate con la constitución en la mano.