El grito libertario de este desbande en marcha lo acaba de dar el congresista Rolando Reátegui: “No soy integrante de FP, nunca lo fui.,Una parte de lo que quedaba de la enorme bancada del 2016 ya ha salido y otra ha empezado a hacer maletas. De estos unos están más cerca de la puerta que otros. Algunos cálculos sugieren que, si no funciona una reorganización rápida, al final una buena mitad de los congresistas de Fuerza Popular quedará afuera. Pero lo que vemos en estos días no parece una reorganización, sino un proceso de ajuste de cuentas en dos direcciones. De un lado Keiko Fujimori está desembarcando sin miramientos a los personajes que siente peligrosos en la coyuntura, o incluso responsables de sus desgracias personales y las del partido. De otro lado personajes maltratados de tiempo atrás por el cogollo de FP sienten que este es el momento de relanzarse como políticos independientes. Con la reelección a punto de ser bloqueada, y pocas posibilidades de acceder a un trato digno en la bancada, la mejor alternativa es empezar a buscar otra tienda. El grito libertario de este desbande en marcha lo acaba de dar el congresista Rolando Reátegui: “No soy integrante de FP, nunca lo fui”. Al definirse como un invitado, le presta un argumento a un alto porcentaje de los actuales miembros de la bancada. Así, los invitados se van, la fiesta está terminando. ¿Qué dejan detrás? Probablemente un FP atareado con el proceso de reunificación de la familia Fujimori, el regreso al primer plano de algunos dirigentes históricos y el aupamiento de algunos nuevos, la convocatoria a elecciones internas para nueva directiva partidaria, y quién sabe si hasta un congreso. Pero los problemas de FP no se agotan en haber tratado al partido como un servicio doméstico. Es improbable que nuevos rostros mitiguen el rechazo del público. Luego está el juicio que incorpora a numerosas personas del entorno de Keiko Fujimori. Más el deshilachamiento de la estructura paraelectoral de FP en el país. Todo esto marca el fin de FP tal como lo hemos conocido hasta ahora. El deseo de Úrsula Letona de que Keiko Fujimori “no termine siendo indispensable” apunta con elocuencia hacia una suerte de desmaoización del partido. Algo muy difícil de lograr sin una buena pelea interna.