La marcha de este nuevo clima dependerá mucho de las gestiones municipales y del trabajo partidario entre el 2019 y el 2021.,Después de la victoria de Jorge Muñoz en Lima, la segunda gran sorpresa de la elección ha sido el aparente retorno de Acción Popular a las grandes ligas de la política. Decimos aparente porque especialistas como Fernando Tuesta mencionan un efecto de arrastre en que la oleada de Muñoz sacó a flote a 13 candidatos distritales AP que solos no hubieran llegado. La cosa se presta a discusión. Cuando Muñoz decidió ir con el logo de la lampa no era ni remotamente un favorito. Cuando AP aceptó subirlo a bordo no era un partido con reales posibilidades. Pero evidentemente candidato y partido se han beneficiado el uno al otro. Los resultados del domingo han vuelto la cavilación algo gratuita. Lo que ya es menos gratuito como reflexión es dónde ubican esos resultados a AP. El poco más de un millón que obtuvo Alfredo Barnechea en las elecciones presidenciales del 2016, devolvió al partido a algo parecido a los buenos tiempos. Hacía mucho que no alcanzaba el cuarto lugar con un candidato propio, es decir, que participara con el logo de la lampa. Ahora los dirigentes de AP consideran, y presentan, el más de millón y medio de Muñoz como la prolongación natural de la mejoría del 2016. Más aun, Barnechea ya está proyectando las cosas hacia un triunfo de AP en el 2021, aunque no ha precisado con cuál candidato. Entusiasmo un poco prematuro, pero comprensible en esta hora de celebración. En cualquier caso lo menos que se puede decir sobre AP en esta hora es que como partido atrajo buenas figuras en Lima, por las que vecinos escamados de la política no tuvieron reparos en votar. No habría por qué pensar que el camino del 2021 le está cerrado, siempre y cuando resuelva de manera adecuada sus fuertes discrepancias internas. En un plano más amplio, los resultados del domingo sugieren para Lima un respingo del centro político en lo ideológico, de los partidos establecidos en lo político y de un nivel de exigencia entre muchos electores. La marcha de este nuevo clima dependerá mucho de las gestiones municipales y del trabajo partidario entre el 2019 y el 2021.