Otra tragedia propia de la pobreza extrema y escasa presencia del Estado.,Don Sócrates murió intoxicado. Fue un comunero de San José de Ushua, en la provincia de Paucar del Sarasara, sur de Ayacucho. Durante su velorio también se intoxicaron decenas de familiares y amigos del difunto. Van diez muertos y el Estado peruano tuvo que enviar médicos y equipos en un helicóptero del Ejército para atender y trasladar a los pacientes críticos. Los servicios de salud en Paucar del Sarasara no se dan abasto y la ayuda, para variar, llegó tarde. Otra tragedia propia de la pobreza extrema y escasa presencia del Estado. Pero ¿siempre fue tan pobre? A principios del siglo XVII, Paucar del Sarasara fue escenario de la primera escenificación en América (y la segunda en el mundo) del Quijote de la Mancha, pocos años después de su publicación en España. Los vecinos de Pauza, prósperos y cultos, costearon el viaje de actores y equipos desde Sevilla para la escenificación teatral de la obra magna de don Miguel de Cervantes. Todo para celebrar la visita del Virrey. Desde entonces, el sur ayacuchano siempre fue asociado a la prosperidad y cultura de sus habitantes. Y fueron gente bien informada. La zona era tránsito obligado de los comerciantes que iban y venían del Río de la Plata (hoy Argentina). Los ayacuchanos estaban al tanto de las noticias procedentes de Europa antes que los propios limeños. La tragedia sirvió para que muchos peruanos del siglo XXI conozcan la existencia de Paucar del Sarasara que, a mi modesto parecer, figura entre las toponimias más bellas del mundo andino: algo así como “Jardín florido en las faldas del volcán”. “Sara”, además, es “maíz” en runasimi. Pero los vulcanólogos identificaron al Sarasara como uno de los 7 volcanes peligrosamente activos del sur peruano. Si el Estado tarda en reaccionar con una intoxicación masiva ¿podrá reaccionar a tiempo en caso de una erupción volcánica? Sólo queda confiar en que el apu Sarasara siga dormido.