Se quieren borrar de un plumazo las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta perpetrados por el Grupo Colina siguiendo, al dedillo, la agenda negacionista del fujimorismo, sus aliados políticos y un sector de las fuerzas armadas.,Hace unos días el Ministerio de Educación pidió la colaboración de periodistas, líderes de opinión y personas con cierta influencia en redes sociales para participar de una campaña mediática que contrarrestara el paro de maestros convocado por un sector radical del magisterio. Muchos compartieron el hashtag #LaEducaciónNoPara porque, estoy segura, nadie quiere que se detenga, sino que avance en conocimientos pero también en derechos y respeto. Me pregunto si ellos, como yo, no se sienten engañados. Y es que la educación no solo sí para sino que retrocede e involuciona manteniendo prejuicios, taras y actitudes que nos condenan a seguir siendo una sociedad injusta, violenta, discriminadora y sin memoria. Una investigación del portal Ojo Público (https://goo.gl/BK3Vts) revela que el Minedu prepara nueve textos escolares que omiten los crímenes cometidos por las fuerzas del orden durante el conflicto armado interno. Se quieren borrar de un plumazo las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta perpetrados por el Grupo Colina siguiendo, al dedillo, la agenda negacionista del fujimorismo, sus aliados políticos y un sector de las fuerzas armadas. Basta revisar la lista de “especialistas” consultados por el ministerio (Carlos Tubino y Luis Giampietri, por ejemplo) para poner en duda la veracidad del material educativo. Y no es todo, el enfoque de género ha desaparecido tras la presión de grupos conservadores siendo escandalosamente reemplazado por conceptos ideológicos sobre la virginidad y la castidad, incluyendo un artículo de Rafael Rey calificando de “antinatural” las relaciones homosexuales. Eso es lo que aprenderán los estudiantes en épocas en las que la agresión homofóbica aumenta de manera alarmante en las escuelas. Según el propio Minedu, más de cuatro mil casos se habrían reportado en 2017. El ministro Alfaro no podrá decir que heredó el tema de sus antecesores pues él ha participado activamente en las reuniones para evaluar los contenidos de los textos. Nos debe, por ello, una explicación porque eso de que #LaEducaciónNoPara resulta ser, una reverenda mentira.