El ministerio de Defensa acaba de difundir una alerta que podría anunciar cambios en el escenario subversivo. Anuncia una amenaza narcoterrorista de volar la represa de Tablachaca (Huancavelica), parte del sistema hidroeléctrico del Mantaro. El dato, que evoca las torres derribadas de otros años, podría ser una bravata, pero igual es preocupante. Los ataques de Sendero Luminoso a las torres iniciados en los años 80 eran parte de su estrategia de aislamiento de las ciudades peruanas. Pero que se sepa el narcotráfico no tiene una estrategia de captura de ciudades o de una toma violenta del poder del Estado. Lo suyo es mantener el esfuerzo interdictor de la droga a raya. Entonces lo más probable es que se trate de un intento de escalar las amenazas, con la idea de volverlas más efectivas. La otra idea es que atentar contra instalaciones puede ser más impactante y menos peligroso que asesinar a policías, en emboscadas que siempre entrañan riesgos. Por último puede haber una nostalgia de la época dorada de SL. Hasta aquí la hipótesis básica sobre la estrategia del narcoterrorismo ha sido que solo busca la calma para su negocio, y que por tanto sus atentados se limitan a ser reacciones frente a las iniciativas del Estado. Sus emboscadas han sido exclusivamente defensas puntuales de cultivos, pozas de maceración y rutas de transporte. Quizás algo puede haber cambiado. Por ejemplo que el éxito de las columnas en sobrevivir tantos años esté produciendo interés por liberar de manera más completa su teatro de operaciones. Lo cual podría incluir distraer fuerzas del orden hacia el cuidado de instalaciones estratégicas, y apartarlas así de la persecución de la droga misma. Un par de ideas que se desprenden de la alerta del Mindef: la estrategia actual de acción-reacción es esencialmente desventajosa para el Estado; las columnas narcoterroristas del VRAEM pueden cambiar la naturaleza de sus objetivos. Esto último puede llegar a incluir un abandono de sus límites territoriales, y a transportar sus ataques. No estamos, pues, ante un problema remoto y marginal, aunque por largas temporadas lo parezca. El narcoterrorismo en la selva es un peligro con potencial de crecimiento, cuyo negocio ya está expandido hacia las ciudades del país. Con ese dinero hoy viaja una capacidad política. Mañana podría viajar una capacidad militar.