Para empezar, usar el término "terrorista" demuestra una clamorosa falta de información sobre lo que significa la palabra, por no decir una completa ignorancia.,Usar el término “terrorista” para descalificar al que discrepa, protesta o disiente, habla muy mal de los que suelen hacerlo. Detrás de la expresión “terrorista” se oculta sin mucho esfuerzo el ánimo de tildar de “senderista”, “subversivo” o “comunista” al que no piensa igual. El que lo dice pretende identificar al contrario como miembro o simpatizante de los criminales de Sendero Luminoso. Para empezar, demuestra una clamorosa falta de información sobre lo que significa la palabra, por no decir una completa ignorancia. Eso era exactamente lo mismo que hacían los terroristas durante la guerra interna: descalificar al enemigo para luego asesinarlo. Como reportero de La República en las zonas de guerra durante el conflicto interno, entrevisté a varios líderes que combatían a los senderistas y que estaban amenazados de muerte: el ex alcalde huamanguino Fermín Azparrent (1989), el líder aprista ayacuchano Marcial Capelletti (1989) y la lideresa de Huaycán, Pascuala Rosado (1996). Los terroristas usaron el periódico clandestino El Diario, panfletos o dazibaos pegados por todas partes, para acusarlos falsa y perversamente, y luego “justificar” la actuación de los “comandos de aniquilamiento”. A los tres los fusilaron. Era una práctica muy extendida de los senderistas desprestigiar a su objetivo para seguidamente matarlo, y lo sé porque varias veces en sus publicaciones advirtieron que me eliminarían por ser un “agente de la CIA”, un “esbirro de la prensa burguesa” y un “soplón de la policía antiterrorista”. Intentaron consumar sus planes siniestros al menos en cuatro ocasiones. Yo sé lo que se siente cuando cuatro terroristas te emboscan y dirigen los cañones de sus revólveres sobre tu cabeza. Los enfrenté cara a cara, una experiencia que probablemente desconocen los que disparan el término “terrorista” con motivaciones políticas o ideológicas, o estimulados simplemente por la estupidez. ¿Terrorista? La tuya.