No me asusta la posibilidad de ver al ingeniero Martín Vizcarra como presidente de la República. La hizo bien en Moquegua (sobre todo en el sector Educación) y es de los pocos expresidentes regionales que NO deberían estar presos. Otro galardón es haber sido “renunciado” por la mafia fujimorista del Congreso: Vizcarra pagó por las granjerías en Chincheros heredada del binomio Ollanta-Nadine. Tampoco me asusta la alternativa de la renuncia de ambos vices. Obligaría al Congreso a convocar elecciones y así nos libraríamos de este cuestionado Ejecutivo y del impresentable Legislativo. El sueño del “que se vayan todos” sería una realidad para el 2019. De paso aliviaría el problema de las celebraciones por el Bicentenario que, de seguir las cosas como están, tendrá que celebrarse el 28 de Julio del 2021, justo en el cambio de mando. No debemos olvidar que desde que volvió la Democracia en 1980, la Derecha peruana no ha tenido mejor oportunidad para gobernar. En el Ejecutivo la Derecha Tecnócrata y autodenominada “de lujo”. En el Legislativo la Derecha Bruta, Achorada y Cristiana. Sin embargo, pese a tener la sartén por el mango, sus incapacidades y prontuarios nos han dejado al borde del abismo político. Me interesan los sectores Cultura y Turismo pues considero que la Arqueología y la Historia son las bases de nuestro desarrollo turístico. La vacancia de PPK obligará a cambios en el gabinete ministerial. Pese a todo, no le fue mal al Turismo. Según la Sociedad Hoteles del Perú hoy tenemos a varios hoteles peruanos entre los Top 10 del mundo y lo más grave del 2017 fue el inoportuno paro en Cusco. Pero el sector Cultura está de mal en peor. La gestión de Salvador del Solar desmanteló la oficina de Defensa del Patrimonio y pasará a la historia por el incendio en Ventarrón y el éxito taquillero de La paisana Jacinta.