Offshore. Miembros de la realeza, magnates petroleros y decenas de las personas más ricas del mundo invierten en bonos de carbono a través de un complejo esquema offshore con negocios en la Amazonía, práctica vigilada por la policía internacional y la entidad tributaria del Perú como una modalidad para cometer delitos financieros. Bosques Amazónicos registra transacciones por más de US$ 71 millones con empresas en paraísos fiscales.,Bonos de carbono: el millonario esquema offshore en la Amazonía peruana,Bonos de carbono: el millonario esquema offshore en la Amazonía peruana,Ernesto Cabral y Nelly Luna Ojo-Público.com El corazón de una de las regiones más deforestadas de la Amazonía peruana es parte de una compleja estructura financiera compuesta por decenas de millonarios inversionistas y varias capas de compañías offshore que alcanzaron paraísos fiscales como Bermuda. A media hora de Pucallpa, capital de Ucayali, afectada por el tráfico de madera, la invasión de tierras y el asesinato de agricultores e indígenas, se encuentran las tierras de Bosques Amazónicos, empresa peruana dedicada desde el 2004 a la reforestación y venta de bonos de carbono. PUEDES VER Paradise Papers, la filtración sobre paraísos fiscales más grande después de los Panama Papers En esta investigación, Ojo-Publico.com revela –luego de analizar los millones de datos filtrados en los Paradise Papers al diario alemán Süddeutsche Zeitung y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ)– que esta compañía es parte de una compleja red de sociedades offshore administrada por la firma Appleby, con sede en Bermuda. Los informes detallan cómo miembros de la realeza, magnates petroleros y decenas de las personas más ricas del mundo utilizaron este esquema offshore en paraísos fiscales para ocultar sus inversiones en la Amazonía, una práctica en el mercado de los bonos de carbono que entidades internacionales advierten como posible fachada de delitos financieros y tributarios. El petróleo y la corona Bosques Amazónicos inició sus primeras actividades en Ucayali con el proyecto Campo Verde, patrocinado desde el año 2007 por Sustainable Forestry Management Limited (SFM), offshore fundada en 1999 en la colonia británica libre de impuestos de Bermuda, pero que administraba el patrimonio de los personajes más adinerados, vía reuniones de directorio en Bruselas, Nueva York y París. Ojo-Publico.com estableció que la empresa –actualmente dirigida por el economista Jorge Cantuarias Falconí y asesorada por el estudio Rebaza, Alcázar & De las Casas– realizó entre los años 2008 y 2013 transacciones por más de US$ 71 millones con sociedades offshore ubicadas en paraísos fiscales. Las operaciones más importantes fueron con SFM, que durante este tiempo tuvo nueve subsidiarias en el mundo y tenía asegurado no pagar ningún impuesto en el paraíso fiscal de Bermuda, por lo menos hasta el año 2016. Los documentos de Paradise Papers revelan que entre los accionistas de la offshore SFM estuvo la familia Van Cutsem, miembro del círculo más cercano del príncipe Carlos del Reino Unido; Charles Ellingworth, primo político del heredero a la corona inglesa; y Charlotte Anne Townshend, la segunda mujer más rica en Inglaterra después de la reina Isabel II. También formaron parte del accionariado de SFM los magnates petroleros Lord Browne de Madingley, director de British Petroleum, y Marcel van Poecke, fundador de la petrolera internacional AtlasInvest. A ellos se suma la millonaria familia Duprey de Trinidad y Tobago a través de la offshore Ibis Cedar Ltd. Los documentos filtrados detallan cómo SFM –liquidada en el 2011– invirtió este millonario capital en países en desarrollo como Perú a través de un esquema de paraísos fiscales. En su informe de junio del 2013, la Interpol asegura que el negocio de los bonos de carbono es susceptible a ser penetrado por actividades criminales, a través de la manipulación de precios de transferencia. La policía internacional explica que para evadir o eludir impuestos una subsidiaria en un país en desarrollo vende sus bonos de carbono a un precio muy bajo a una sociedad en un paraíso fiscal, la cual a su vez vende aquellos bonos a un precio muy alto a una matriz. Los Paradise Papers describen una práctica similar en SFM y la amazonía peruana. Amazonas y Bermuda SFM tenía como accionistas a por lo menos catorce empresas constituidas en los paraísos fiscales de Islas Caimán, Bermuda, Bailía de Guernsey, Isla de Man, Islas Vírgenes Británicas, Luxemburgo, Panamá y Suiza. Ojo-Publico.com, tras revisar archivos de la firma Appleby e información registral de la subsidiaria peruana, determinó que Bosques Amazónicos tuvo transacciones por más de US$ 71 millones con tres de estas compañías en paraísos fiscales. Las principales operaciones fueron con SFM, offshore cliente de Appleby, y que hacia el 2008 tenía serios problemas en el mercado de bonos de carbono. Los documentos de Paradise Papers revelan que invertir en SFM implicaba “un alto grado de riesgo” y advertían posibles conflictos de intereses entre los miembros de su directorio. Los fundadores Alan Bernstein, empresario especializado en mercados emergentes, y Eric Bettelheim, especialista en instituciones financieras, mantenían vínculos laborales e inversiones en negocios de posibles competidores de SFM. En este contexto, en julio del 2007, SFM se convirtió en la administradora exclusiva y compradora principal de los bonos de carbono producidos por Bosques Amazónicos en sus proyectos de la Amazonía. El mercado de bonos de carbono nació después de que Naciones Unidas fijara, a través del Protocolo de Kioto, un límite para la cantidad de gases contaminante que pueden emitir los países y las empresas. Si excedían este tope, debían adquirir bonos de carbono. ¿Cómo? Comprando bonos excedentes de compañías que hayan emitido gases de efecto invernadero por debajo del límite o a través de proyectos de energía renovable y reforestación. Estas inversiones verdes generaron mucha expectativa en el Perú. Sin embargo, abogados del gobierno consultados por Ojo-Publico.com explicaron que no hay normas tributarias definidas y la compra-venta es un proceso entre privados. “La decisión de usar una empresa offshore con sede en Bermuda fue tomada por SFM (no por Bosques Amazónicos ni sus accionistas)”, explicó el gerente general Jorge Cantuarias. En 2007, ambas empresas suscribieron un acuerdo por el cual “SFM se comprometió a financiar las operaciones de reforestación de Bosques Amazónicos”, hasta por US$ 20 MM. En contraprestación, Bosques Amazónicos se comprometió a entregar los créditos de carbono generados en sus proyectos al valor de US$ 0.5 por cada crédito de carbono, según Cantuarias. Sin embargo, entre el 2008 y el 2012 los precios de cada bono de carbono rondaban los US$ 5 en EE.UU. y llegaban a los US$ 52 en Europa. En el Perú, la Sunat lucha agresivamente contra la manipulación de precios como el descrito por Interpol en el mercado de los bonos de carbono. “(Esta práctica) consiste en comercializar bienes o servicios entre empresas del mismo grupo económico; es una práctica común, pero cuando este contrato se hace con filiales ubicadas en paraísos fiscales no hay cómo fiscalizar que no se inflen o abaraten los precios”, explicó Luis Moreno, coordinador de la Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe. Para el 2014, la Sunat calculó en US$ 350 millones el monto no declarado y en US$ 105 millones los impuestos dejados de pagar con esta modalidad. Bosques Amazónicos recibió un préstamo de SFM en Bermuda por US$ 426 mil en 2007 y en abril de 2008 hipotecó a la offshore sus terrenos ‘Campo Verde II’ y ‘Selva Maestra’ en Ucayali por US$ 40 millones. De la misma forma, el 2011, estas dos propiedades y la parcela ‘Mirianita’ fueron hipotecadas por US$ 11.4 millones a Octavian Special Master Fund L.P., offshore con sede en las Islas Caimán y accionista de SFM. “En el año 2008, SFM fue adquirida a nivel global por Octavian Special Fund, otro fondo de inversión global”, explica Cantuarias. Es con esta reestructuración que nace la offshore más cercana a los empresarios peruanos: Asterix. La corona andina Paradise Papers revela que Asterix Ltd., offshore del grupo SFM en Bermuda, tuvo como directores a los peruanos David Saettone, ex gerente de Pacífico Seguros, y José Cárdenas Mares, socio de la firma Rebaza, Alcázar & De las Casas. Ambos son hoy accionistas de Bosques Amazónicos. “La decisión de constituir Asterix en Bermuda fue adoptada por Octavian (y no por Bosques Amazónicos)”, aseguró Cantuarias, tras ser consultado sobre la offshore que contó en su accionariado con cinco empresas constituidas en los paraísos fiscales de Bermuda, Islas Caimán, Bailía de Guernsey y Suiza. Los documentos de Paradise Papers detallan que uno de los motivos para la liquidación de SFM en 2011 fue que Asterix no estaba preparada para cumplir con los pasivos de la compañía. Aun así, entre abril del 2009 y septiembre del 2013, Bosques Amazónicos hipotecó sus terrenos por US$ 20 millones a esta nueva offshore. Este año, Bosques Amazónicos trasladó todas sus tierras hipotecadas de Ucayali a Andean Crown, fondo de inversiones peruano dirigido por Saettone.