Todos caen… menos Alan García. El ex presidente más blindado por un séquito de trolls en las redes sociales y por un grupo especializado de amedrentamiento a medios de comunicación, líderes de opinión y cualquiera que amenace su comodidad. El poder de amedrentamiento de Alan García parece no tener límites y va más allá de las alianzas que mantiene el Apra con instituciones y con otras fuerzas políticas. Edwin Luyo una vez dijo: “Voy a decir toda la verdad. No me voy a escapar como algunos”. Y es que el ex integrante del comité de licitación del tramo 2 de la línea 1 del Metro de Lima –que habría recibido coimas de Odebrecht– dijo hace buen tiempo que se acogería a la confesión sincera e incluso posiblemente a la colaboración eficaz; sin embargo, terminó cambiando su parecer. En ese momento se habló de amenazas y no sorprende. Recordemos que el mismo Luyo le contó al juez que había dejado de comer por dos días por miedo a ser envenenado. No nos sorprende tampoco la miserable campaña que ahora García ha iniciado contra este diario y contra otros medios por el hecho de sacar al aire todas las irregularidades que hoy se presentan en una investigación formal en su contra. De hecho, ayer IDL Reporteros sacó un informe en el que Edwin Luyo también participó aclarando acerca de los vínculos de Jorge Cuba con Enrique Cornejo y Alan García. Y es que Cuba es otra de las piezas clave en la ruta del dinero AG. El ex viceministro de Comunicaciones del segundo gobierno aprista recibía coimas en el banco BSI, propiedad del grupo BTG Pactual, cuyo dueño es también investigado por el caso Lava Jato. Este grupo bancario es el mismo que le pagó a Alan García alrededor de US$ 100.000 por dos conferencias. García tiene la “suerte” de ser contratado como conferencista por las empresas que ¡oh sorpresa! ganaron jugosos contratos con el Estado cuando él era presidente, además de ser, seguramente, uno de los conferencistas mejor pagados del mundo. ¿Casualidad? Difícil saberlo luego de que su amigo, el fiscal Peláez Bardales, mandara al archivo la investigación a García por desbalance patrimonial. Pero hay más. Odebrecht Perú, además de pagar coimas al ex viceministro Cuba, también contrató a su hijo, Jorge Cuba Piedra, entre el 2015 y el 2016. ¿Les suena? Recordemos que hace poco Cuarto Poder reveló que Odebrecht también contrató a la empresa del hijo del secretario personal de Alan: Luis Nava. Todo queda en familia. Lo cierto es que las amenazas de García tienen un tope y cada vez más personajes salen a flote en la historia de la ruta del dinero AG. El ex presidente podrá intimidar jueces, fiscales y tener poderosos aliados, pero ya no puede seguir engañando a los peruanos y peruanas. Prueba de ello es la paupérrima votación que obtuvo en las últimas elecciones y el ridículo palpable que tienen que sufrir sus congresistas y alfiles, día a día, al tratar de defenderlo.