La olvidada guerra contra el narcotráficoDuro trabajo. El Gobierno se propone para 2021 reducir 15 mil 300 hectáreas –el equivalente a 15 mil Estadios Nacionales– de cultivos ilegales de hoja de coca, pero los narcotraficantes aplican la resiembra masiva y nuevas tecnologías para mantener la producción de 410 toneladas de cocaína al año.,Se eliminan más cocales, pero la producción de cocaína sigue siendo muy alta ,Se eliminan más cocales, pero la producción de cocaína sigue siendo muy alta ,Se eliminan más cocales, pero la producción de cocaína sigue siendo muy alta ,Aguaytía (Ucayali). Provistos de cascos para protegerse de las esquirlas de las eventuales trampas explosivas de terroristas y narcotraficantes, más de 30 “coreanos” emprendieron la destrucción de los cultivos ilícitos de hoja de coca cuya producción se destina directo y sin escalas al narcotráfico. En lo que va del año, han eliminado más de 5 mil 200 hectáreas en Aguaytía. Los “coreanos” son los trabajadores del Proyecto Especial de Reducción y Control de Cultivos en el Alto Huallaga (Corah), encargados de la eliminación paulatina de los cocales. El último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reportó en 2015 la existencia de 40 mil 300 hectáreas ilegales de hoja de coca. El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski se ha propuesto reducir esos cultivos a 25 mil hectáreas para el final de su gobierno, en 2021. Desaparecer 15 mil 300 hectáreas no será fácil y el narcotráfico y sus cómplices se encargarán de torpedear el proyecto del Ejecutivo. PUEDES VER VRAEM: Fuerzas combinadas capturan a presunto sicario del narcotráfico [VIDEO] Las 15 mil hectáreas de cocales que se pretende eliminar representan 15 mil estadios de fútbol como el Nacional. De acuerdo con la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (ONDCP, por sus siglas en inglés), la producción anual de cocaína en el Perú es de 410 toneladas. Por supuesto, el kilo de cocaína se incrementa en Lima y mucho más cuando se vende a otros países. Por eso, el narcotráfico desplegará todos sus esfuerzos para evitar que se reduzca la producción de cocaína mediante la destrucción de los cultivos de hoja de coca. Una de las formas de impedir que baje la producción es el proceso de resiembra de los terrenos donde fueron eliminados los cocales. Según la evaluación del Corah, las organizaciones del narcotráfico demuestran cada vez más mayores habilidades para resembrar los cultivos de hoja de coca erradicados. La verdad de la coca Disminuir los cocales ilegales a 25 mil hectáreas no será nada fácil. Y los del Corah lo saben perfectamente. “Al término del 2021 deben de quedar 25.000 hectáreas de cocales en todo el país, pero no será un trabajo sencillo porque hay mucha resiembra. El productor cocalero tiene la tendencia de reponerse rápidamente de la erradicación, entonces rehabilita sus cultivos”, explicó a La República el director de operaciones del Corah, Miguel Ramos Fernández. Los cascos también sirven a los “coreanos” para protegerse de los palazos o golpes de armas contundentes con que a veces los atacan algunos agricultores. Su trabajo es arriesgado. Cuando estaba vigente la columna terrorista del “camarada Artemio”, algunos de los “coreanos” fueron asesinados. Todavía hay resistencia frente a la erradicación. “Actualmente erradicamos en tres ejes (Ucayali, Tingo María y Aguaytía), que abarca un 40% de cocales nuevos frente a un 60% de erradicaciones de cultivos resembrados. Pero avanzamos con mucha firmeza. En el 2016 erradicamos más de 30 mil hectáreas en todo el país y hasta este momento más de 16 mil. Tenemos como meta 25 mil hectáreas a fin de año”, añadió Miguel Ramos. Sin embargo, debido a la resiembra masiva de los cultivos erradicados, y a que los narcotraficantes han conseguido elaborar cocaína con una menor cantidad de hoja de coca, los niveles de producción de cocaína se mantiene. Según el último reporte de la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas (ENLCD); elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), hasta 2009 con 375 kilos de hoja de coca seca se obtenía un kilogramo de cocaína. Pero a partir de 2010, con solo 258 hojas de coca, se obtenía un kilo de la droga. La presidenta ejecutiva de Devida, Carmen Masías Claux, reconoció que los narcotraficantes han sofisticado la producción de cocaína para mantener la cifra de 410 toneladas potenciales anuales. “El mantenimiento de la producción de cocaína se debe, sí, a que la hoja de coca tiene muchísima más fortaleza por los fertilizantes que le aplican (los narcotraficantes), y por una técnica más sofisticada de cultivo”, señaló Masías a La República. Pero hay otra razón probablemente más poderosa. “Además, se mantiene la producción de cocaína porque en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem, único lugar del Perú donde nunca ha habido erradicación) sigue siendo un lugar donde se concentra el 74% de la cocaína y donde ha mejorado enormemente por hectárea la productividad. Es decir, el sembrío de coca cada vez se sofistica más en el Vraem. En Ucayali no hay tanta producción de cocaína como sí sucede en el Vraem. Es cierto que la producción de cocaína sigue siendo muy alta, alrededor de 400 toneladas anuales. Lo que ha mejorado es el decomiso de drogas (en general)”, dijo Masías. Los datos El encargado de Registro de Evidencia del Corah, Levi Cabarcante Carrión, señaló a La República que en las zonas más alejadas de Ucayali, donde se cultivan hojas de coca y solo se ingresa mediante helicópteros, hay niños trabajando en los cultivos ilegales. “Algunos niños abandonados son utilizados por cocaleros para que trabajen en el sembrío de hojas de coca. Los cocaleros los adoptan. Por ejemplo, el año pasado se vio esto por el Boquerón (parte alta de Aguaytía)”. “En esos lugares, para la elaboración de pasta básica de cocaína, usan a muchos niños en pozas de maceración y también en laboratorios para elaborar clorhidrato de cocaína pura”, confirmó la presidenta de Devida, Carmen Masías. Los vuelos de cocaína salen de Oxapampa y Atalaya hacia Bolivia La República accedió a los reportes de incautación de droga de la Dirandro de Ucayali de los años 2015, 2016 y lo que va del 2017; y comprobó que, efectivamente, la incautación de drogas ha aumentado. La Dirandro de Ucayali comprende distintas provincias de los departamentos de Huánuco, Ayacucho, Pasco y Ucayali. En 2015, decomisó 483 kilos de drogas. En 2016, más de 4.832 kilos. Y en lo que va del año casi 2.000 kilos. El jefe de la Dirandro en Ucayali, coronel Francisco Bartra Arévalo, dijo a La República que la cocaína suele salir en avionetas de las pistas clandestinas ubicadas en la provincia de Oxapampa (Pasco) y en la provincia de Atalaya (Ucayali). Sale para Bolivia, donde es recibida en los aeropuertos clandestinos de Santa Cruz. De ahí, otra parte de la droga es destinada a Paraguay. “Un kilo de cocaína se vende en Ucayali en 1.500 dólares. En Bolivia, en 3.000; en Paraguay, entre 5.000 y 6.000 dólares; y en Estados Unidos, entre 30.000 y 45.000 dólares, aproximadamente. Pero hay estados como Florida donde se vende hasta en 65.000 dólares”, detalló el coronel Bartra. El jefe oficial dijo que nuevos insumos químicos han ingresado a la zona para elevar la producción de coca.