Una de las ventajas del periodismo es que, gracias a él, uno llega a conocer a gente aguzada que nos ayuda a desentrañar el momento presente y a descifrar algunos intrincados misterios de la política local. Con inteligencia y con humor, en algunos casos. La alusión viene a cuento porque hace unos días, poco antes de las fiestas patrias, me tocó moderar un conversatorio en las oficinas de La Mula, en Surquillo, a propósito del primer año de Pepeká. Y nada. Creo que la cosa salió bastante bien. No por lo que me tocó hacer a mí, claro está, pues hacer de moderador no implica ninguna hazaña, y ya saben, eso es algo que puede hacer cualquiera. Lo decía por la claridad de ideas expresadas por los tertulianos. Estos fueron nada menos que Juan Carlos Tafur, Augusto Álvarez Rodrich y Javier Torres Seoane. Y bueno. Lo que dijeron no tuvo desperdicio, en mi pequeña opinión. “Lo mejor del gobierno de PPK es que ha durado solamente trescientos sesenta y cinco días. Ha sido un desastre. Fatal. Creo que el PPK que nos ha gobernado es el PPK pasmado, pusilánime, del primer debate con Keiko. Ojalá que en este segundo año veamos al PPK del segundo debate con Keiko. Alguien más aplomado y enérgico”, anotó desde el saque, Juan Carlos Tafur. En opinión de Augusto Álvarez Rodrich, “lo mejor de su primer año es que no indultó a Alberto Fujimori; lo peor, es que eso va a ocurrir en los siguientes meses”. Javier Torres, por su parte, sostuvo que solamente le gana a PPK como “gobierno malo” el del Alan García de los ochentas. Sobre el particular, y en la misma línea que Torres, ni Tafur ni Álvarez se esperaban una administración tan paupérrima y desventurada, como la que hemos padecido hasta el mes de julio. “Pero lo que para mí ha desbordado todo pronóstico –enfatizó Tafur– es lo que ha ocurrido en materia económica. Tú te podías esperar de cualquiera, pero no de PPK, de Zavala ni de Thorne, el trío de economistas que conformaba la línea de mando, que hiciera una gestión tan desastrosa como esta”. En ese momento, mientras que Tafur decidió sorber su café y Torres tomar un poco de agua, Augusto advirtió de una suerte de miedo paralizante que ataca al gobierno cada vez que este percibe los malos humores de Keiko Fujimori. Como si la administración de Pepeká hubiese adquirido un temor atávico ante los enfados y arrebatos y resentimientos de la lideresa del fujimorismo. Y, si me preguntan, no le falta razón. Luego, al entrar de lleno al tópico del gabinete pepekausa, Tafur señaló que la ratificación de este lo único que connota es que no hay propósito de enmienda. “El gobierno tiene que hacer política desde el gabinete, y no lo está haciendo”, comentó Javier Torres. “Coincido con Javier en que PPK tiene que convocar a políticos. El problema con PPK es que desprecia a los políticos. Ese es un problema que comparte con varios miembros de su gabinete”, arremetió Juan Carlos Tafur. Desde la óptica del columnista de El Comercio, PPK se considera una especie de CEO. Y asume que su gabinete es como un directorio. Y el Congreso, la asamblea de accionistas de la empresa de la cual él es director ejecutivo o responsable máximo. Y el resto, nosotros, o sea, somos como los consumidores. O los clientes. O algo así. “Así de empobrecedor es el modo como entiende este gobierno el quehacer político”, apuntó Tafur. En ese momento lo interrumpí para preguntarle qué le recomendaría a Pepeká, en caso este le pidiese un consejo. “Que cambie al premier, para empezar”, respondió. Y remachó: “Zavala no la ve”. “Necesita un (Frank) Underwood”, agregó con humor Augusto Álvarez Rodrich, quien posteriormente precisó: “Lo que falta en realidad es estrategia política”. Los tres profetizaron sobre el indulto a Alberto Fujimori. “Va de todas maneras”. No lo dijeron así, en coro, que conste. Pero la terna de analistas coincidió en que este se iba a plasmar antes de que finalice este año. “¿PPK llegará al 2021?”, pregunté a manera de cierre. Y luego de un corto silencio, Torres respondió: “No sé. Pero si cae, será por sus propios errores”. Dicho lo cual, Tafur remató: “Si (PPK) no construye muros políticos para proteger su gestión en los próximos años, cualquier crisis mayor se lo puede tumbar. Pero es poco probable. Sí creo que llega hasta el 2021, salvo que su geriatra diga lo contrario”.