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Opinión

Tantas veces el Congreso de la República, por Carlos Bessombes

"En los últimos días al Congreso no le bastó con aprobar una ley que propicia la deforestación de nuestra Amazonía, sino que ahora también perfora el débil mercado laboral".

larepublica.pe
Congreso del Perú

En los últimos 8 años, desde el inicio de la crisis política, el Congreso ha tomado un inusitado protagonismo en la agenda económica del país. En contadas ocasiones ha sido para bien, pero mayoritariamente legislando normas cuyo costo es asumido por todos los ciudadanos, en especial los más vulnerables.

En los últimos días al Congreso no le bastó con aprobar una ley que propicia la deforestación de nuestra Amazonía, sino que ahora también perfora el débil mercado laboral.

La Comisión Permanente aprobó, en primera votación, extender el límite de edad para la jubilación hasta los 75 años. De tal manera, no solo se podría trabajar más años, aportar más tiempo a las AFP y cobrar menos años de pensiones —aun cuando la tendencia mundial es reducir la edad de jubilación—, sino que además dejamos con menos oportunidades a los jóvenes que ingresan al mercado laboral.

Cada año ingresan entre 250.000 y 300.000 jóvenes al mercado laboral peruano, sin embargo, son la población ocupada más afectada por la informalidad, con una tasa de 85,4%. Es decir, el empleo informal alcanza a más del 85% de los jóvenes peruanos menores de 25 años, según cifras oficiales del INEI.

Estos jóvenes, al no encontrar empleo formal, pasan a engrosar las filas de la informalidad e ilegalidad, como las decenas de jóvenes intervenidos la semana pasada en ‘call centers’ en los que se realizaban llamadas amenazantes a personas que no podían pagar préstamos.

Si esta semana se aprueba en segunda votación, los jóvenes que recién ingresan al mercado de trabajo tendrán menores oportunidades para encontrar un empleo e iniciar su vida laboral. Es momento de que el ministro de Trabajo, Daniel Maurate, diga “esta boca es mía”.