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Opinión

Obras paralizadas

Cusco y Puno, las regiones con mayor número de obras paralizadas, en especial de carreteras y agua potable.

larepublica.pe
Editorial

La investigación de la Red para el Desarrollo sobre la paralización de las obras públicas nos pone frente a una realidad que afecta directamente a la vida y a la salud de las personas. Hay, a abril del 2023, 1.751 obras públicas paralizadas, por diversos motivos. Para el propósito del estudio, se ha tomado como indicador el hecho de que luego de seis meses no se ha mostrado ningún avance en cada uno de los proyectos que han sido evaluados.

Lo grave, adicionalmente, es que en esas obras hay comprometidos alrededor de 10.000 millones de soles que no están siendo ejecutados, producto de la falta de avance en los trabajos planificados.

La investigación sobre inversiones paralizadas según áreas geográficas también arroja datos que nos permiten establecer rankings de regiones en las que hay mayor número de obras públicas inmovilizadas. Cusco encabeza la lista con 297, le sigue Puno con 220, y en el caso de Lima, en tercer lugar, con 114. Muy cerca se ubica Áncash, en el cuarto lugar.

Las regiones que tienen menor cantidad de obras paralizadas son Callao, con 6; Tumbes, con 10; y Madre de Dios, con 14. El 52% de las construcciones paralizadas corresponden a los sectores de Comunicaciones y Transporte, y el de Vivienda, Construcción y Saneamiento. En el caso del primero, la mayor cantidad corresponde a mejoramiento de carreteras y caminos vecinales. En Vivienda, corresponden al mejoramiento y ampliación de redes de agua potable.

Desde el Gobierno central se han planteado iniciativas destinadas a destrabar y acelerar los procesos para garantizar la obra que, sin duda, impulsará el desarrollo local y, por ende, dará mayor dinamismo a la región. Se trata en especial de construcción de pistas y saneamiento de agua potable que redunda directamente en la calidad de vida de los pobladores, en especial de los más vulnerables; pero también corresponde a construcción de centros educativos, hospitales y postas de salud.

Es necesario agilizar el reinicio de las obras, con las mayores garantías de probidad, pero con la voluntad de superar los obstáculos y reactivar la economía, con mayor empleo y mejores condiciones de salud, educación, conectividad y bienestar. Destrabar es una tarea impostergable.