
El pollo es negocio puro. Nunca olvidaré los ojos desorbitados de un empresario pollero que alguna vez entrevisté, explicándome, dentro de un galpón, la maravillosa conversión alimenticia que protagoniza esta ave, que no es otra cosa que un pichón de gallina, a quien la mano del hombre ha bajado de categoría dentro de la ‘creación’, ya que tratamos al ave como si fuese una fruta.
La conversión alimenticia es la cantidad de alimento (maíz, soya, etc.) que el metabolismo del pollo puede convertir en carne para comercializar. El pollo, en buena cuenta, se siembra. El pollo transforma el peso del grano a peso vivo. Con el paso de los años la cantidad de alimento que necesita un pollo para crecer hasta un punto óptimo para ser comido, se ha reducido ostensiblemente, por lo que su rentabilidad no tiene parangón. La evolución ha sido sorprendente: en la década de 1950 el pollo de engorde, a los 42 días, tenía un peso de 0,5 kg aproximadamente.
Posteriormente, en la década de 1970, el pollo de engorde de la misma edad, alcanzaba un peso de 1,5 kg. Para la mitad de la década del 2000, este pollo de engorde llegó a pesar casi 3 kg. Este notable incremento en la ganancia de peso, en pocos días, se logró gracias a las mejoras en la alimentación y en la genética. Las aves modernas están listas para el matadero apenas 6 semanas después de nacer. Durante ese tiempo, convierten prodigiosamente el alimento en proteínas como ningún otro animal puede hacerlo.
“De alguna manera, continuamos descubriendo formas de aumentar la cantidad de carne por ave y reducir el tiempo que eso involucra”, señala Jayson Lusk, economista agrícola de la Universidad de Purdue. Uno podría imaginar que existen algunos límites biológicos para estas cosas, pero aún no los hemos encontrado. Es cierto que el precio nos pone nerviosos, pero, mientras que la inflación encarece mucho más las carnes de res y cerdo, el bajo precio del pollo lo ha catapultado como la principal proteína del Perú y del mundo.
El 2023 el consumo de pollo alcanzó 98 millones de toneladas métricas. Eso es más de 3 veces la tasa de crecimiento de la carne de cerdo y 10 veces la de la carne de res, según datos del Gobierno estadounidense. De toda la carne consumida a nivel mundial, el pollo está en camino de representar el 41 por ciento para el 2030. Según la industria avícola nacional, el consumo de pollo, por persona, en el Perú, supera los 50 kilos al año. Nos empujamos más pollo que cualquier otro país de la región.

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