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Opinión

La mujer habitada en Gioconda Belli

Por Carmen Rivera. Gioconda Belli Pereira, nicaragüense, nace en una familia adinerada, de una profunda sensibilidad social, se declara opositora a la tiranía de Somoza.

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Carmen Rivera. Foto: La República. | La República

“Desde la mujer que soy/a veces me da por contemplar/ aquellas que pude haber sido;/ las mujeres primorosas, / hacendosas, buenas esposas, / dechado de virtudes, / que deseara mi madre”. (Belli, 2016).

Gioconda Belli Pereira, nicaragüense, nace en una familia adinerada, de una profunda sensibilidad social, se declara opositora a la tiranía de Somoza. A los 25 años escapa de su país pues teme por su vida. “No tengo dónde vivir. / Escogí las palabras. /Allá quedan mis libros/Mi casa. El jardín, sus colibríes/ Las palmeras enormes” (Belli, 2023); después será acusada de traición a la patria por otra dictadura, la de Ortega y despojada de su nacionalidad “Y te amo patria de mis sueños y mis penas y te llevo conmigo para lavarte las manchas en secreto susurrarte esperanzas y prometerte curas y encantos que te salven” (Belli, 2023).  

Su poesía “revolucionaria”, se conjuga con la sensualidad y el cuerpo de mujer turgente, aparece, se muestra sin máscaras, despojada de las apariencias “Cuando estoy con vos / quisiera tener varios yo, / invadir el aire que respiras, / transformarme en un amor caliente / para que me sudés / y poder entrar y salir de vos” (Belli, 2019).

La participación política la marca en el feminismo, encubriendo la concupiscencia que brota de sus versos “Te quiero como gata boca arriba… / maullando a través de tu mirada… / discutiendo su amor en los tejados, / amándose a gritos y llantos”. (Belli, 2020).

Gioconda abre la puerta hacia una poesía eterna y epicúrea, pero también social “Soy una mujer que piensa. / Un día mis ojos/ encenderán luciérnagas” (2021); reproduce un impulso femenino y renovador, irrenunciable a su entidad “No se marchitan los besos/ Como los malinches/ Ni me crecen vainas en los brazos/ Siempre florezco/ Con esta lluvia interna” (Belli, 2020).