Hace unos días, Palantir (uno de los contratistas más importantes para los grupos de inteligencia y defensa de EE.UU.) enseñó una integración del sistema militar con un modelo de inteligencia artificial similar a ChatGPT llamado AIP. AIP es un chatbot, con la gran diferencia que está conectado a una red de sensores mundiales (e.g. satélites), redes internas/externas/clasificadas/etc., que alimentan constantemente el sistema y permiten crear una representación en tiempo real de un campo de batalla.
AIP entiende los distintos niveles de clasificación de todos los datos para saber qué puede compartir y con quién; además de tener claro qué usuarios pueden ejecutar ciertas órdenes operativas, respeta la cadena de mando. El demo de Palantir empieza con un “operador” responsable de monitorear la situación en el este de Europa. A través de satélites (SAR) y procesamiento automático, AIP genera una alerta al operador avisándole de una acumulación de tropas enemigas cerca de la frontera.
El operador interactúa con el chatbot pidiéndole detalles que incluyen mover satélites a la zona de conflicto para obtener datos recientes. AIP sugiere desplegar drones de bases cercanas para obtener video en tiempo real y generar un inventario del armamento del enemigo. AIP genera 3 planes de ataque (aéreo, artillería o grupo táctico). El operador pide a AIP que envíe esa data al comandante para que decida qué acción tomar. La interacción con el comandante es igual de surrealista. Incluye análisis de combustible/tropas/municiones, así como probabilidades de rutas del enemigo en el terreno, y opciones para contrarrestarlo de manera óptima.
AIP ayuda a detectar los sistemas de comunicación del enemigo y coordina con el comandante armamento para eliminarlo. Tras elegir un plan y resumirlo, ayuda a coordinar su ejecución. El uso de IA en el sector de Defensa no es algo nuevo (e.g. los aviones supersónicos asisten al operador para voltear en el microsegundo exacto), pero nunca antes había existido un nivel de integración de este calibre. Desde noviembre del año pasado hemos entrado en una nueva revolución que está arrasando en todos los sectores, incluyendo el sistema bélico mundial. ¿Estamos listos para las consecuencias? Lo dudo.