Aunque el mundo del cine ha retratado varias historias de los asesinos más sangrientos y famosos, es el siniestro Hannibal Lecter uno de los que más impacto ha dejado en la cultura popular. Sin embargo, muchos desconocen que la verdadera historia detrás de este personaje ficticio, creado por el escritor Thomas Harris, estuvo inspirada en el médico mexicano Alfredo Ballí.
A finales de 1959, las personas aseguraban que el diablo andaba suelto en Monterrey. Dicha ciudad, ubicada en el estado de Nuevo León, al norte de México, pasaba por una serie de asesinatos, entre los que se encontraba el de Jesús Castillo Rangel, un joven estudiante de medicina cuyo cuerpo fue desmembrado en un consultorio del barrio Talleres.
Recorte periodístico sobre crimen perpetrado por Alfredo Ballí. Foto: El Clarín
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De acuerdo con los diarios de la época, en este lugar funcionaba el consultorio del doctor Alfredo Ballí Treviño, quien, el 8 de octubre de ese año, acabó con la vida de Castillo Rangel, de apenas 20 años.
Según BBC, la investigación del caso reveló que, con su conocimiento en medicina, Ballí sedó y asesinó al joven estudiante, cuyos restos ocultó en una caja que enterró en un terreno baldío de Rancho La Noria, en el municipio de Guadalupe. Sin embargo, su crimen no permaneció oculto por mucho tiempo, puesto que los restos se hallaron y, junto con ellos, sus huellas.
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Al ser interrogado por las autoridades, el galeno no negó en ningún momento su atroz crimen. Por el contrario, se mostró orgulloso sobre cómo había perpetrado el asesinato, según llegó a revelar Eusebio Lara, el entonces jefe del Escuadrón de Homicidios del Servicio Secreto.
Dos años después, fue condenado a pena de muerte por los delitos de homicidio calificado, inhumación clandestina y usurpación de profesión. De esta manera, se ordenó su ingreso al penal de Topo Chico, donde aguardó el cumplimiento de su sentencia.
En 1963, Thomas Harris, un entonces periodista de 23 años, fue enviado a Nuevo León, México, para entrevistar a Dykes Askew Simmons, un estadounidense que había sido sentenciado por matar y desmembrar a tres jóvenes. Cuando se conocieron, el criminal le contó que por poco pierde la vida tras una serie de ataques que vivió en prisión. Sin embargo, fue salvado por un doctor de apellido Salazar.
Según Harris, al conocerlo descubrió que era hombre “pequeño y ligero, con cabello rojo oscuro”, quien “se paraba muy derecho y había cierta elegancia en él”, describió el escritor en una edición especial de su libro.
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Harris se inspiró en su conversación con Ballí para crear la famosa escena entre Clarice Starling (Foster) y Hannibal Lecter (Hopkins). Foto: @PrimeVideoLat/Twitter
Junto con él mantuvo una profunda e inquietante conversación sobre Simmons, con quien teorizó sobre qué lo había llevado a ser un asesino en serie. A la salida del recinto, preguntó quién era con quien acababa de hablar. “¡Hombre! ¿No sabes quién es? El doctor es un asesino. Nunca dejará este lugar. Está loco”, le respondieron en referencia Alfredo Ballí, que usó el apellido Salazar para ocultar su identidad.
Aquella experiencia lo acompañó a tal punto que lo usó de inspiración para sus libros, incluso la conversación que mantuvo con Ballí permitió la creación de la mítica escena que fue recreada para el cine por Anthony Hopkins como Hannibal Lecter y Jodie Foster como la agente Clarice Starling en 'El silencio de los inocentes'.
En una edición de aniversario de dicho libro, publicado en 2013, Harris contó que, tras una serie de investigaciones, descubrió que Alfredo Ballí obtuvo su libertad en 1981 por buena conducta. Tras ello, volvió a Monterrey, donde trabajó hasta el 2009, año en que perdió la vida.