La impactante escena de una aeronave estrellada sobre el Hangar M45 Azotea, un popular establecimiento gastronómico en Medellín, capturó la atención del país y del mundo entero. El helicóptero Bell 206, identificado con la matrícula HK4810, habría caído tras girar erráticamente en el aire por breves momentos, con 6 pasajeros a bordo.
De acuerdo con datos oficiales, fueron necesarias aproximadamente 60 personas, incluyendo rescatistas, efectivos de la Policía Nacional, personal médico y voluntarios, para rescatar exitosamente y sin graves problemas de salud a las personas dentro del helicóptero.
El director del DAGRD (Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres), Carlos Andrés Quintero, informó que ya han iniciado una exhaustiva investigación para determinar con precisión los factores que desencadenaron el suceso, pero por el momento las hipótesis más mencionadas son:
El rescate de los ocupantes del helicóptero accidentado en Medellín fue una operación de alto riesgo que demandó la coordinación de múltiples equipos de emergencia. Equipados con herramientas especializadas, los rescatistas trabajaron arduamente para liberar a los sobrevivientes atrapados entre los restos de la aeronave y los escombros del restaurante.
Asimismo, fue el alcalde de Medellín, Fico Gutiérrez, quien difundió la noticia del rescate exitoso y expresó su satisfacción por la eficiencia de las autoridades y elogiando la labor del DAGRD.
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El restaurante colombiano Hangar M45 Azotea se ha destacado por ofrecer experiencias gastronómicas únicas, incluyendo la posibilidad de disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad a bordo de helicópteros. Esta práctica, si bien es popular entre los visitantes en busca de emociones extremas, ha generado controversia en cuanto a los protocolos de seguridad y el impacto en la tranquilidad de la comunidad local. El accidente ha avivado el debate sobre la regulación de los sobrevuelos de helicópteros en zonas urbanas densamente pobladas.
Entre los relatos que surgieron tras el accidente, destaca la acción de Francisco Salas, un ciudadano estadounidense de 36 años que asistió a una mujer que estaba a su lado y que no poseía la fuerza necesaria para mantenerse por sí misma.
Tras el accidente, las autoridades colombianas competentes han iniciado una investigación exhaustiva para determinar las causas exactas del siniestro y evaluar las medidas necesarias para prevenir futuros incidentes. En paralelo, se espera que los propietarios del helicóptero y del restaurante Hangar M45 Azotea asuman la responsabilidad correspondiente y tomen acciones para garantizar la seguridad de sus operaciones.