La biodiversidad de América Latina ha captado la atención mundial, especialmente en lo que se refiere a la diversidad de aves. En este contexto, Colombia se destaca como un líder indiscutible, no solo por su variada geográfica y climas, sino también por las políticas y esfuerzos de conservación que ha implementado. Este país, rico en ecosistemas, ha sido reconocido repetidamente por sus registros sin precedentes en el avistamiento de aves, por lo que se ha consolidado como el destino predilecto para ornitólogos y aficionados de todo el mundo.
Según el registro del Comité de Clasificación de América del Sur (SACC), por sus siglas en inglés, Colombia reporta 1.869 especies oficialmente, lo que representaría el 20% de las aves observadas globalmente a la fecha. Estos números no solo la posicionan en primer lugar a nivel mundial, sino que también refleja la riqueza natural del país y el compromiso de sus habitantes y científicos con la conservación ambiental y el estudio de la avifauna.
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Colombia cuenta oficialmente con 1.869 especies registradas por el SACC y ostenta el primer lugar mundial en diversidad de aves; supera a países como Perú y Brasil. Este logro no es casual, pues se debe a la amplia variedad de ecosistemas que van desde las cálidas costas hasta los fríos Andes, pasando por selvas y desiertos.
El Barranquero, una especie de ave vista en el eje cafetero. Foto: Dorian Anderson
Incluso, este número podría aumentar a 1.968, según el Comité Colombiano de Registros Ornitológicos (CCRO). La máxima autoridad en el país de este tema indica que los listados oficiales no incluyen a las aves que transitan por las islas o las zonas insulares, lo cual es muy común en tierras cafeteras como Gorgona, San Andrés y Providencia.
El Instituto Alexander von Humboldt destaca que Colombia alberga 82 especies endémicas, muchas de las cuales se encuentran en la Sierra Nevada de Santa Marta, una zona de especial interés por su aislamiento y única biodiversidad. Foto: Coeligena / Rodrigo Gaviria
Además, Colombia es un crucial corredor para las aves migratorias, con el 14,5% de su avifauna proveniente de otras latitudes, especialmente de Norteamérica. Esta migración, como la de seis tipos distintas de águilas, enriquece aún más el espectro de especies, y convierten al país en un punto de interés científico y turístico global.
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A pesar de su riqueza, Colombia enfrenta desafíos significativos en la conservación de sus aves. La degradación de hábitats por la deforestación, la contaminación y el tráfico de especies ponen en peligro la supervivencia de estas criaturas. Según datos recientes, 141 aves colombianas están bajo alguna categoría de riesgo de extinción, lo que representa el 7,1% de la avifauna nacional. Especies como el montañerito paisa y el paujil colombiano encabezan la lista de aves en peligro crítico, una situación que ha encendido las alarmas entre conservacionistas y autoridades.
Un Carpintero Marcial dentro del parque Tayropa. Foto: Awake
Además, la deforestación en el país ocasiona la pérdida de aproximadamente 180.000 hectáreas de bosque anualmente. Esta cifra equivale a una extensión similar a la de la ciudad de Bogotá, incluyendo su área rural. Gran parte de esta degradación se registra en la Amazonia, aunque también afecta a corredores fundamentales para la avifauna, como la región norte del Chocó y Antioquia.
Según un reciente reportaje de EFE, Perú afirmó haber superado a Colombia y Brasil tras alcanzar las 1.879 especies, por lo que superaría por 10 a Colombia. Este anuncio, basado en la identificación de 19 nuevas especies en la región amazónica de Madre de Dios, ha sido reconocido por el Comité de Registros de Aves Peruanas (CRAP), pero aún está a la espera de la confirmación por parte del Comité de Clasificación de Aves de América del Sur (SACC). Por ello, si bien esta cifra es notable, aún no supera el registro oficial de 1.869 que tiene Colombia y mucho menos el que está a espera de revisión de los 1.968 que acusa el CCRO.