El pasado viernes 10 de febrero, Alberto Barberis, de 66 años, asesinó con una escopeta a un estudiante de ingeniería identificado como Emiliano Ávila, de 33 años, tras confundirlo con un delincuente por verlo entrar a su casa de Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina.
El hombre fue acusado por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego en calidad de autor” durante la audiencia de control de detención. “Me equivoqué, me siento mal”, expresó el imputado.
El asesinato, registrado alrededor de las 23.00 (hora local), fue realizado con un arma calibre 22 LR. Barberis se había dirigido al techo de su casa para disparar dos veces al supuesto ladrón. Esta acción fue “con total desprecio por la vida humana”, como señaló la fiscal Andrea Rubio.
Uno de los disparos impactó en la espalda de la víctima “ocasionándole la muerte por un shock hipovolémico, producido por herida de arma de fuego en tórax, y cayendo, ya sin vida, sobre la vereda de la vivienda”, según el reporte del Ministerio Público Fiscal.
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La Fiscalía insistió en que hay varias pruebas de que el hombre de 33 años “no es la persona que saltó del techo de su casa, sino que era una persona que ocasionalmente caminaba por ahí”, declaró antes de solicitar que se dicte la prisión preventiva por un mes.
El abogado defensor de Barberis no se opuso a los puntos expuestos por Rubio, excepto a la pena. Pidió que sea un arresto domiciliario. Sin embargo, la jueza penal Mónica García aceptó el pedido de la fiscal. Alberto Barberis recibirá la prisión preventiva por un mes.