Ariel Castro es acusado del secuestro de las tres jóvenes y de la niña que nació en cautiverio. Pero también enfrenta el cargo de asesinato con agravante, por haber obligado a una de sus cautivas a abortar cinco veces Estados unidos, Cleveland, Ohio. AGENCIAS Ariel Castro , acusado del secuestro y violación de tres jóvenes de Cleveland que estuvieron desaparecidas durante una década, seguirá en prisión después de que una juez le impusiese una fianza de ocho millones de dólares. Además, el fiscal del caso anunció que estudiará pedir la pena de muerte para Castro, que compareció en el Tribunal Municipal de Cleveland junto con sus dos hermanos, Onis y Pedro, los cuales quedaron libres y sin cargos por decisión de la jueza Lauren Moore. Castro, de 52 años, está acusado del secuestro y violación de Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesús , así como del secuestro de la hija de seis años de Berry, que nació durante su cautiverio. Durante la vista judicial, que duró escasamente cinco minutos, Onis y Pedro no se dirigieron a Ariel, que permaneció cabizbajo y solo se comunicó con susurros con su abogada. El fiscal Timothy McGinty también dijo que estudiará solicitar la pena de muerte para Castro , porque su intención es acusarle de asesinato con agravante, cargos relacionados con los abortos que según denunció una de las secuestradas les provocó a golpes. Según McGinty, el estado de Ohio permite solicitar la pena de muerte para los "criminales más depravados que cometen un asesinato con agravante en el curso de un secuestro". ABORTOS A GOLPES Mientras, se siguen conociendo más detalles del tétrico caso, tanto sobre el tormento que sufrieron las tres jóvenes como de su rescate. Un informe policial reveló que una de las secuestradas, Michelle Knight, quedó embarazada al menos cinco veces de Castro y en todas los casos le provocó abortos a base de golpes y falta de alimentos. Knight dijo a la policía que cuando Amanda Berry quedó embarazada hace seis años, Castro la obligó a ayudarla en el parto y tuvo que resucitar al bebé cuando dejó de respirar instantes después de nacer. "FELIZ CAUTIVERIO" La prensa local reveló, citando fuentes policiales, que Ariel Castro hacía celebrar a sus cautivas los aniversarios de sus secuestros . Ese día les servía cena y un pastel con el que ellas debían festejar su "nuevo nacimiento", de acuerdo con el informe policial que recoge los testimonios de Amanda Berry, Gina DeJesus y Michele Knight. Era un modo de tortura psicológica para recordarles que sus vidas dependían completamente de él y debían olvidar completamente sus años fuera de la casa en la que estaban retenidas. Castro secuestró a las tres, entre 2002 y 2004, con los trucos habituales de quienes protagonizan ese tipo de raptos: el engaño del amable ofrecimiento de llevarlas en el coche a casa. A Amanda se le acercó cuando salió de trabajar de Burger King, el día antes de cumplir 17 años. El pasado lunes, Castro pidió un cortacésped a un vecino y marchó a casa de su madre para arreglarle el jardín. Después fue con su hermano Onil, que vive con la madre, a tomar algo. Ambos fueron detenidos en el aparcamiento de un McDonalds, una vez que Amanda logró aprovechar esa ausencia y llamar a la Policía. De acuerdo con la investigación, esta fue la única oportunidad que las jóvenes habían tenido de escapar, pues Castro siempre salía de casa dejando las puertas cerradas con llave. Esta vez cerró la contrapuerta que existe en muchas casas estadounidenses, normalmente de cristal u otro material que deja pasar la luz, pero no la puerta principal. "DEPREDADOR SEXUAL" Según la secuencia de tweets del periodista Scott Taylor, de la televisión local WOIO, la policía halló una nota en la que Castro reconoce: “Soy un depredador sexual. Necesito ayuda”. En una aparente referencia a las víctimas, agrega: “Ellas están aquí contra su voluntad porque cometieron el error de subir al automóvil de un completo extraño”. “No sé por qué busco otra, ya tengo dos”. Taylor destaca que el sospechoso escribió también que planeaba suicidarse y “dejar todo mi dinero a mis víctimas”. “No puedo hablar del descubrimiento de una prueba, hay más de 200 recogidas en la casa de Seymour Avenue, todas van a ser estudiadas”, dijo. La policía reconoció que las víctimas estuvieron apartadas en la casa hasta que su captor confió lo suficiente en su control como para dejarlas mezclarse. Aunque se encontraban en la misma vivienda, las tres mujeres estaban aisladas en habitaciones diferentes, pero sabían de la presencia de las otras. "SUMEJOR AMIGA" La hija del secuestrador, Arlene Castro, se presentó anoche en un canal de televisión de Cleveland, donde reveló, entre sollozos, que una de las rehenes, Gina DeJesús, era "su mejor amiga" hasta hace diez años, cuando desapareció. Arlene rompió en llanto cuando presentó una fotografía en que ambas posan sonrientes. LIBERAN A HERMANOS Mientras tanto, los dos hermanos de Ariel Castro –Pedro, de 54 años, y Onil, de 50– también fueron detenidos como sospechosos, pero la policía no presentó cargos contra ellos porque los investigadores determinaron que no sabían del secuestro de las mujeres. Se presentaron ante la corte el jueves por delitos menores sin relación a los secuestros y fueron liberados. Ariel no pudo pagar la millonaria fianza y permanece detenido en Cleveland. ANTECEDENTES DE VIOLENCIA FAMILIAR Ariel Castro ya había sido acusado de romperle la nariz dos veces a la madre de sus hijos, tumbarle un diente, dislocarle ambos hombros y amenazar matarla, así como a las hijas de ella, de acuerdo con una denuncia de violencia doméstica interpuesta en 2005 ante el Tribunal de Relaciones Domésticas del condado de Cuyahoga. El documento presentado por Grimilda Figueroa en el que solicitaba una orden judicial de protección también decía que Castro frecuentemente secuestraba a las hijas de ella e impedía que las viera. Figueroa murió de cáncer en abril de 2012. El padre de Figueroa, Ismael Figueroa, dijo el miércoles que Castro solía encerrar a su hija dentro del apartamento en un segundo piso en la casa donde vivieron cuando estuvieron juntos por primera vez. Durante la breve audiencia pública, Ariel Castro dirigía constantemente la vista al suelo, se mordía el cuello de la camisa y firmaba documentos con las manos esposadas. El ex conductor de autobús escolar, de 52 años, es por ahora el único sospechoso en el caso. No hizo declaraciones.