Republicanos rastrean declaraciones de Sonia Sotomayor. Postulante de origen portorriqueño al Tribunal Supremo de Estados Unidos promete acalorado debate en el Congreso. Agencias. Sonia Sotomayor, designada candidata al Tribunal Supremo de EEUU por el presidente, Barack Obama, es demasiado progresista para muchos republicanos, que parecen haber encontrado en sus palabras la munición para el ataque. Los republicanos han pedido “tiempo” para analizar los pormenores que rodean la carrera judicial de esta magistrada de origen puertorriqueño, que reemplazaría a David Souter en el alto tribunal. El Supremo disfruta de competencias en temas tan controvertidos como el aborto y la pena de muerte y tuvo incluso la última palabra en las elecciones de 2000, cuando allanó el camino a la presidencia a George W. Bush al poner fin al recuento de votos en Florida. De ahí que la selección de un candidato para uno de los nueve puestos vitalicios del tribunal sea tradicionalmente motivo de acalorado debate entre demócratas y republicanos. Todo hace prever que ésta no será una excepción a pesar de que la llegada de Sotomayor no alterará el equilibrio de fuerzas en el Supremo, dividido entre cuatro progresistas, cuatro conservadores y un independiente, que suele romper el empate a favor del segundo grupo. Además, y a menos que se saque algún as de la manga, los conservadores, en minoría en el Congreso, carecen de los recursos necesarios para torpedear la designación del presidente, aunque sí podrán plantear alguna pregunta insidiosa. Para empezar, sonaron al unísono, al insistir en que es preciso “tiempo” para estudiar con calma la trayectoria de la magistrada, de 54 años, que de ser confirmada por el Senado, se convertirá en la primera hispana en sentarse en el Supremo. Sin comentario Las preocupaciones de los conservadores tienen que ver con varios comentarios realizados por la magistrada del Segundo Circuito Federal de Apelaciones de EEUU. La primera de esas declaraciones data del 2001, cuando la jueza describió la obligación esencial de los magistrados de ser imparciales como una simple “aspiración” porque niega el hecho de que las experiencias personales llevan a unos a adoptar decisiones distintas a otros. La letrada sugirió también entonces que “el género y los orígenes nacionales pueden y de hecho originan diferencias a la hora de juzgar”. ¿Profundidad intelectual? A los comentarios de 2001 se suman otros de 2005, cuando dijo durante una conferencia en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) que la función de los tribunales de apelación es la de tomar decisiones políticas. Expertos en temas jurídicos como Arthur Hellman, de la Universidad de Derecho de Pittsburgh, destacaron que los críticos de Sotomayor aducen que carece de la profundidad intelectual de otras personas cuyos nombres se barajaban como la jueza Diane Wood. Aun así, la magistrada cuenta con el pleno respaldo de Obama, el de los demócratas y el de influyentes académicos y expertos legales. Altos asesores de la Casa Blanca aseguraron hoy estar “convencidos” de que no habrá ningún problema para que la jueza se siente el próximo octubre en el Supremo.