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El megaproyecto de América Latina que tendrá una planta de hidrógeno verde con inversión de Europa: reduciría el carbono para 2050

Dos de las empresas más representativas de esta nación sudamericana, buscan desarrollar una planta de hidrógeno verde que reduciría hasta un 80% las emisiones por la producción de acero mediante tecnologías sostenibles.

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Esta nación busca fuentes de energía sostenibles con el medio ambiente. Foto: composición LR

Una planta de hidrógeno verde es una instalación que produce hidrógeno utilizando energía renovable, como la eólica, solar o hidroeléctrica. En el proceso, se emplea un electrolizador que separa el agua en oxígeno e hidrógeno mediante electricidad generada de estas fuentes limpias.

En la búsqueda por generar fuentes de energía sostenibles con el medio ambiente y que reduzcan la huella de carbono, una nación sudamericana plantea implementar una planta de hidrógeno verde con apoyo de una empresa China para producir acero de bajo carbono y optimizar el proceso libre de emisiones. garantizando que la electricidad provenga de recursos renovables.

Esta nación busca reducir su huella de carbono. Foto: Hydrogen

¿Cuál es el país de América Latina que tendrá una planta hidrógeno verde?

Brasil es la nación de América Latina que junto a las empresas Vale y Green Energy Park se afianzan en un proyecto para producir hidrógeno verde destinado a la futura fabricación de acero de bajo carbono.

En un comunicado, Vale anunció que las dos empresas han firmado un acuerdo para desarrollar soluciones de descarbonización en la industria siderúrgica, incluyendo estudios para la implementación de una planta de hidrógeno verde en Brasil.

Brasil producirá acero de bajo carbono

El combustible se utilizará para abastecer una planta destinada a la producción de productos siderúrgicos de bajo carbono, que la empresa brasileña planea construir en el país. Este proyecto tiene como objetivo reducir hasta un 80 % las emisiones contaminantes en comparación con una siderúrgica convencional.

Asimismo, se entiende que la producción de acero de bajo carbono es un tipo de acero que contiene una cantidad reducida de carbono, generalmente menos del 0.3% en peso. Esta baja proporción de este material lo hace más dúctil, maleable y fácil de soldar, a diferencia de otros tipos de acero con mayor contenido de carbono que suelen ser más duros y menos flexibles.

Brasil busca reducir su huella de carbono

La empresa Vale explicó que la asociación busca establecer una plataforma internacional en Brasil para la producción de hot-briquetted iron (HBI, briquetas de hierro) utilizando hidrógeno verde como agente reductor. Este enfoque permitiría una reducción significativa de las emisiones de carbono en la producción de acero.

Vale detalló que esta iniciativa estará abierta a otras asociaciones internacionales, con el objetivo de que compañías siderúrgicas globales puedan producir y adquirir HBI en Brasil, acelerando así el desarrollo de la industria de acero de bajo carbono.

Ludmila Nascimento, directora de Descarbonización de Vale, destacó que se pretende aprovechar las ventajas competitivas de Brasil, como su disponibilidad de mineral de hierro de alta calidad y energía renovable abundante, para generar hidrógeno verde y posteriormente producir acero verde con alto valor agregado destinado a las siderúrgicas europeas.

Por su parte, Bart Biebuyck, consejero delegado de GEP, señaló que esta colaboración permitirá aplicar las tecnologías avanzadas de hidrógeno verde de la empresa en sectores difíciles de descarbonizar, como el siderúrgico.

Según Vale, el sector del acero es responsable de aproximadamente el 8 % de las emisiones globales de dióxido de carbono, principalmente debido al uso de carbón en sus hornos, lo que genera 2 toneladas de CO₂ por cada tonelada de acero producida. La compañía asegura que, al utilizar hidrógeno verde como agente reductor, se reducirán las emisiones a 400 kilos de CO₂ por cada tonelada de acero.

Además, la empresa indicó que, considerando todas las emisiones a lo largo de la cadena de valor, este proceso podría reducir las emisiones en un 80 %, permitiendo así la producción de acero verde.