La firma de lujo Hermès invitó este sábado a adentrarse en su proceso de creación en un escenario que recordaba a un taller, durante un desfile brevemente perturbado por defensoras de los animales.
"El espacio donde el trabajo toma cuerpo, donde la mano se expresa", explican las notas de la directora de la línea femenina, Nadège Vanhée-Cybulski, que propuso un show de tonos cálidos, tierra, ocre, beige.
Tres activistas que protestaban por el uso de pieles de animales silvestres se levantaron para mostrar carteles en los que podía leerse "Hermès stop al uso de pieles exóticas".
La protesta sin embargo no interrumpió el desfile de las modelos y los equipos de seguridad retiraron a las activistas de la sala, instalada en los cuarteles de la Guardia Republicana francesa.
"¡Vivo todos los días en el taller!", exclamó Nadège Vanhée-Cybulski al término del desfile, para explicar la elección de ese tema para inspirar la colección primavera verano 2025.
Para la marca francesa, el lujo se muestra en los detalles. El clásico abrigo de piel de tres cuartos tiene un corte asimétrico, se cierra con grandes solapas.
El bolso Birkin, una de las creaciones estrella de la casa, aparece del revés, como si su proceso de fabricación hubiera sido interrumpido.
También hay lugar para una larga falda con cremallera de malla de seda ligera con un fino cinturón sobre una braga de cintura alta, "orgullosa de mostrarse", explicó el comunicado de la creadora.
O un vestido tipo delantal marrón ébano, ennoblecido con galones de organdí.
Las cazadoras juegan con la piel y el algodón a partes iguales, los tops son del mismo color que los pantalones.
Una cazadora tipo "bomber" de color arena es tejida con rombos.
"La polivalencia es la regla, tanto en el taller como en la calle", reivindica Nadège Vanhée-Cybulski.
El negro aparece en forma de velos sedosos que cubren las piernas y un pantalón corto del mismo color.
Hermès reivindica una de las tendencias de la Semana parisina: las sandalias o los zapatos planos.
El diseñador de la casa Vivienne Westwood, Andreas Kronthaler, firmó este sábado una colección femenina en París que se aleja de algunos de los referentes de la irreverente marca británica, como el estampado tartán, para proponer un estilo más clásico.
"Recalibrarse": bajo este lema, grafiteado en los grandes ventanales del gimnasio donde se celebró el desfile, Kronthaler mostró para empezar una mujer con vestido largo beige, de gran escote, con una gruesa cadena al cuello.
Gasas vaporosas, de rojo intenso o gris asfalto, sobre la piel o cubriendo un corpiño. Encima del corpiño, apenas un toque del famoso tartán, en negro y marrón.
"Ajustarse, medir, recapacitar..." explica en las notas del desfile el diseñador de origen austriaco, que perdió a Vivienne Westwood, su esposa y mentora, en diciembre de 2022.
El objetivo es mostrar una mujer "ultrafemenina y más bien elegante de la forma más clásica", añadió.
"Tenía que ser una colección liviana, ligera, de colores reducidos. Solo un destello de rojo y rosa. Sin impresiones, tejidos súper finos, ropas de calidad, a veces lavadas y gastadas", explicó.
Encima de una gran falda plisada, de color crema, una simple camisa beige.
No hay una línea directriz, sino creatividad y mucho colorido a la hora de proponer el vestuario de primavera y verano 2025.
El negro aparece en un vestido de gala sobredimensionado y brillante, o en otro ceñido al cuerpo con un cinturón, de corte asimétrico, mostrando un hombro.
La casa Ann Demeulesteer, que irrumpió con fuerza en la década de los años 1980 como parte del auge de la moda belga, mira al pasado con una ropa entre romántica y "grunge".
Prácticamente toda la colección, unisex, se declina en blanco o negro. Chaquetas amplias, con hombreras, una diadema plateada en el pelo para ella, collares para él. Las camisas o blusas se superponen, como en la época de los nuevos románticos.
Luego aparecen los jérseis holgados, agujereados, estampados, sobre las camisas o las chaquetas. Las camisas no acaban en el puño, a veces se prolongan con hilos que cuelgan hasta el suelo.