Rusia ordenó el lunes la evacuación, por motivos de "seguridad", de los pueblos ubicados a menos de 15 kilómetros de la frontera con Ucrania en la región rusa de Kursk, donde Kiev lleva a cabo una ofensiva desde principios de agosto.
Estas zonas habían quedado exentas de los combates hasta ahora y las autoridades rusas no detallaron los motivos de esta decisión.
"Basándose en información operativa, para garantizar la seguridad, el Estado Mayor regional decidió la evacuación obligatoria de las localidades de los distritos de Rylsky y Khomutovsky, ubicadas en una zona de hasta 15 kilómetros de la frontera con Ucrania", escribió en Telegram Alexei Smirnov, gobernador interino de la región de Kursk.
Este último instó a los ciudadanos a "comprender la situación actual" y a "seguir las recomendaciones" de las autoridades.
No obstante, no especificó el nombre de los pueblos ni el número de personas evacuados. Existen decenas de pueblos y ciudades en el mencionado radio de 15 kilómetros.
Ucrania lanzó el 6 de agosto un ataque en la región rusa de Kursk para sorpresa de Moscú, avanzando varios cientos de kilómetros cuadrados y tomando decenas de localidades.
La operación, lanzada más de dos años después del inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, es la mayor incursión de un ejército extranjero en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
Más de 150.000 personas fueron evacuadas desde el inicio de la operación, según Rusia.
El anuncio se produce en un momento en el que Moscú lanzó una contraofensiva en la región, donde ya recuperó el control de al menos doce pueblos desde la semana pasada.
Ucrania, con menos efectivos y municiones que Rusia, está a la defensiva desde hace un año. Las fuerzas rusas ganan terreno, en especial en el este, donde reivindican a diario la toma de localidades.
El jefe de la diplomacia ucraniana, Andrii Sibiga, invitó el lunes a la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a visitar la parte de la región de Kursk ocupada por Ucrania.
"Ucrania está dispuesta a facilitar su labor y demostrar su adhesión al derecho internacional humanitario", dijo Sibiga en X.
Rusia denunció esta invitación como una "pura provocación" e instó a la ONU y a la Cruz Roja a no aceptarla.
La ONU respondió el lunes poniendo como condición el consentimiento de Moscú.
"Estamos listos para hacerlo. Necesitaremos permiso de Rusia", dijo el portavoz Stephane Dujarric.
Las tropas rusas ocupan por su parte alrededor del 18% del territorio ucraniano y Moscú reivindica la anexión de cuatro regiones de Ucrania, además de Crimea que se anexionó en 2014.
La presidenta del CICR, Mirjana Spoljaric, llegó el lunes a Moscú en el marco de una visita prevista desde hacía tiempo. El martes se reunirá con el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.
Su viaje tiene lugar pocos días después de la muerte de tres empleados ucranianos del CICR en un bombardeo en la región de Donetsk, en el este de Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, atribuyó el ataque al ejército ruso y lo calificó de "nuevo crimen de guerra" de los rusos.
Zelenski aseguró el viernes que la ofensiva en Kursk frenó el avance ruso en el este de Ucrania, uno de los objetivos de la operación.
"En la región de Járkov [noreste], el enemigo fue detenido y su avance en la región de Donetsk [este] fue ralentizado, incluso si la situación ahí es muy difícil", declaró.
En cambio, el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró a principios de mes que la operación ucraniana en Kursk era un fracaso y que las fuerzas rusas "aceleraron las operaciones ofensivas" en el frente oriental.