El ministerio encargado de la moral del gobierno talibán dejará de cooperar con la misión de Naciones Unidas en Afganistán, que expresó preocupación por nuevas leyes que prohíben a las mujeres cantar en público.
El Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio (PVPV) "dejará de prestar apoyo y de cooperar con la MANUA [Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán], que será considerada una parte contraria", señaló el ministerio en un comunicado el jueves.
La decisión se produce después de que la MANUA expresara su "preocupación" por una ley promulgada el 22 de agosto y que estipula que las mujeres deben cubrirse la cara y el cuerpo si salen de casa.
La norma, compuesta por 35 artículos, también obliga a las mujeres a asegurarse de que no se oye su voz en el espacio público, lo que les impide cantar o recitar poesía por ejemplo.
"Queremos que las organizaciones internacionales, los países y las personas que han criticado la ley respeten los valores religiosos de los musulmanes y se abstengan de tales críticas y declaraciones que insultan los valores sagrados del islam", añadió el comunicado.
El relator especial sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, Richard Bennett, afirmó que la nueva ley supone un "paso atrás".
Los talibanes prohibieron la semana pasada la entrada del funcionario al país.
El portavoz del ejecutivo, Zabihulá Mujahid, dijo que el veto se impuso porque Bennett había sido designado para "difundir propaganda" en el país. "No es alguien en quien podamos confiar", afirmó.
Los talibanes celebraron este mes el tercer aniversario de su reconquista del poder, después de que lograran entrar en Kabul sin resistencia el 15 de agosto de 2021.
Desde entonces, han aplicado la ley islámica de forma ultrarrigurosa y han recortado severamente la libertad de las mujeres, cada vez más apartadas del espacio público al igual que durante su primer gobierno (1996-2001).
A finales de junio, Bennett ya había condenado la petición de los talibanes de excluir a las mujeres afganas y a los representantes de la sociedad civil de una reunión organizada por Naciones Unidas en Catar.
El gobierno talibán sigue sin ser reconocido oficialmente por la comunidad internacional y sigue exigiendo ocupar el puesto de Afganistán en la ONU.
La nueva ley para "promover la virtud y prevenir el vicio" establece prohibiciones ya generalmente conocidas en el emirato islámico y controla todos los aspectos de la vida de los afganos, tanto sociales como privados.
El texto establece sanciones graduales: advertencias, multas, detención preventiva de una hora a tres días y en caso de reincidencia se llevará el caso ante la justicia.
La nueva ley ilustra "una visión preocupante del futuro de Afganistán, donde los inspectores de la moral tienen poderes discrecionales para amenazar y detener a cualquiera basándose en amplias y a veces imprecisas listas de delitos", denunció el domingo Roza Otunbayeva, jefa de la MANUA.
La Unión Europea advirtió que la norma creaba "otro obstáculo para la normalización de las relaciones" de Afganistán con los 27 Estados miembros del bloque.
La ONU ha descrito las restricciones impuestas a las mujeres en el país como un "apartheid de género".
La ley está "firmemente arraigada en las enseñanzas islámicas", que deben respetarse y comprenderse, declaró el portavoz del gobierno afgano en un comunicado publicado el lunes.
"Rechazar estas leyes sin intentar comprenderlas es, en nuestra opinión, una expresión de arrogancia", añadió.
Tras la promulgación de la nueva ley, decenas de mujeres afganas participaron en un movimiento de protesta en internet con videos donde salen cantando y muestran una pequeña parte de su rostro.
Algunas grabaciones eran acompañadas por menciones como "mi voz no está prohibida" y "no a los talibanes".
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