Tras su investidura triunfal en la Convención Demócrata, Kamala Harris regresó este miércoles a la campaña electoral para recorrer estados clave, al igual que el republicano Donald Trump, a diez semanas de unas muy disputadas elecciones por la presidencia de Estados Unidos.
Este miércoles la vicepresidenta demócrata hizo un recorrido en autobús por Georgia (sur), uno de los siete estados bisagra donde las elecciones del 5 de noviembre prometen ser especialmente reñidas.
Acompañada por su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, se detuvo en una escuela de secundaria, donde asistió al ensayo de la banda de música y en un restaurante.
Harris cree que tiene posibilidades de conservar Georgia, un estado que desde 1996 votó por el candidato republicano pero que el presidente Joe Biden ganó en 2020 por escaso margen.
Allí concederá su primera gran entrevista como candidata el jueves a las 21H00 locales (01H00 GMT del viernes) a la CNN, junto a Walz.
En una entrevista con Newsmax, uno de los canales favoritos de la derecha radical, un asesor de Trump, Jason Miller, criticó a Harris por utilizar a Walz como "escudo humano".
La demócrata de 59 años tendrá muy presente su entrevista fallida sobre inmigración al comienzo de su mandato.
Desde hace unos días se enfrentaba a una creciente presión para que concediera una entrevista a un importante medio de comunicación estadounidense.
Esta entrevista a CNN, a la que seguirá el 10 de septiembre un debate muy esperado con Trump, marca el comienzo de una nueva fase.
El expresidente republicano afirmó este martes que se ha alcanzado un "acuerdo" sobre los detalles técnicos del debate, dos días después de haber amenazado con no participar en él. El equipo de Harris no lo ha confirmado.
Harris entró en la carrera después de que el presidente Biden se retirara el 21 de julio.
Desde entonces ha ganado cierto impulso en las encuestas y cuenta con el entusiasmo de los demócratas que la han coronado entre aclamaciones en la convención de Chicago.
Pero la batalla electoral es muy reñida y ambos candidatos se centran en los estados bisagra que, a diferencia de la mayoría, no votan siempre por el mismo partido.
Trump estuvo en Michigan el lunes, el jueves irá a Wisconsin y el viernes a Pensilvania.
A su vez, ella viajará el 2 de septiembre, Día del Trabajo en Estados Unidos, a Michigan y luego a Pensilvania.
El republicano de 78 años no se benefició del efecto sorpresa de la entrada de su rival en la carrera, pero cuenta con una base muy estable, sobre todo desde que fue víctima de un intento de asesinato el 13 de julio.
Los numerosos procedimientos judiciales en su contra no cambian nada, e incluso movilizan a más "trumpistas" convencidos de que su candidato es víctima, como repitió el martes, de una "caza de brujas" orquestada al más alto nivel.
El desafío para él es más bien ganar votos más allá de este electorado, es decir entre los independientes y los indecisos.
El sitio FiveThirtyEight, que reúne varias encuestas, atribuye a la vicepresidenta una ventaja de 3,5 puntos sobre su rival.
Esto no le garantiza la mayoría de votos de los electores, en un país donde el presidente no es elegido por sufragio universal directo.
El millonario republicano multiplica los ataques personales y califica a su rival de "poco inteligente" y "comunista".
También la intenta presentar como la heredera de un Biden muy impopular.
El equipo de campaña de Harris ha difundido por su parte un video que ataca el "Proyecto 2025", un programa de gobierno muy conservador elaborado por los partidarios de Trump.
El expresidente quiere tener "un control total" sobre el país, afirma el narrador del videoclip.