Donald Trump, exmandatario y actual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, ha manifestado serias dudas sobre su participación en el próximo debate con la vicepresidenta Kamala Harris. Este evento, programado para el 10 de septiembre, ha desatado controversias importantes, especialmente por las críticas de Trump hacia la cadena organizadora, ABC News. El exmandatario ha expresado su descontento con lo que él percibe como un trato parcializado por parte de la cadena, lo que lo ha llevado a reconsiderar su asistencia.
La disputa no se limita solo a la elección de la cadena, sino también a las reglas del debate. La campaña de Harris ha propuesto cambios, incluyendo la solicitud de mantener los micrófonos abiertos durante toda la transmisión, una medida que difiere de las reglas establecidas en debates anteriores. Trump, por su parte, ha sugerido que solo participará bajo las mismas condiciones del último encuentro que tuvo con Joe Biden, lo que ha aumentado las tensiones entre ambas campañas.
El debate del 10 de septiembre fue originalmente acordado antes de que Joe Biden se retirara de la contienda presidencial, y desde entonces, ha sido un punto de tensión entre las campañas de Trump y Harris. La principal preocupación del expresidente gira en torno a la imparcialidad de ABC News. Trump ha criticado abiertamente a la cadena, acusándola de tener un sesgo contra los conservadores y sugiriendo que el debate debería trasladarse a otra red, como NBC, CBS o incluso Fox News, cadenas que, según él, han sido más justas en su cobertura.
Las críticas de Trump se intensificaron tras la transmisión de una entrevista en "This Week", donde el senador republicano Tom Cotton, aliado de Trump, fue entrevistado por Jonathan Karl de ABC. El expresidente calificó la entrevista como "ridícula y parcializada", lo que avivó su desconfianza hacia la cadena. Esta percepción ha sido clave en la decisión de Trump de reconsiderar su participación en el debate, lo que ha generado incertidumbre sobre si finalmente se llevará a cabo.
Donald Trump sigue siendo una figura influyente en la política estadounidense, a pesar de dejar la presidencia en 2021. Foto: RFI
La campaña de Donald Trump ha argumentado que las nuevas reglas propuestas por la campaña de Kamala Harris, específicamente la de mantener los micrófonos activos durante todo el debate, son una maniobra para perjudicar al expresidente. Jason Miller, asesor principal de la campaña de Trump, sugirió que estas reglas benefician a Harris al darle la oportunidad de interrumpir y desestabilizar a Trump durante el debate. En contraste, la campaña de Harris sostiene que esta medida garantiza una mayor transparencia y equidad, permitiendo que los votantes escuchen en todo momento las respuestas de ambos candidatos.
Este enfrentamiento sobre las reglas no es nuevo en la política estadounidense, pero adquiere un matiz particular dado el actual clima de polarización. Trump ha señalado que estaría dispuesto a participar únicamente si se respetan las mismas condiciones del debate de CNN del 27 de junio, donde los micrófonos se apagaban cuando el candidato no tenía la palabra. Este desacuerdo sobre las reglas es solo una de las muchas disputas que han surgido en torno a este debate, que se perfila como uno de los momentos más tensos de la campaña.
El exmandatario ha enfrentado múltiples investigaciones legales desde su salida de la Casa Blanca. Foto: CiberCuba
La posible ausencia de Donald Trump en el debate del 10 de septiembre podría tener repercusiones para su campaña. Aunque el expresidente ha afirmado en varias ocasiones que lidera en las encuestas y que no necesita debatir con Kamala Harris, la realidad es que el panorama electoral está cambiando. Harris ha ganado terreno en las encuestas, superando a Trump en varias mediciones recientes, lo que sugiere que el debate podría ser una oportunidad importante para ambos candidatos de captar votantes indecisos.
No asistir al debate podría ser interpretado por algunos votantes como un acto de debilidad o de falta de disposición para confrontar a su oponente directamente. Además, podría dar a Harris una ventaja al permitirle ocupar el escenario en solitario, lo que podría consolidar su imagen entre los electores. A medida que se acercan las elecciones de noviembre, cada evento y cada declaración adquieren una importancia crucial, y la decisión de Trump de participar o no en este debate será un punto clave en la narrativa de la campaña.