En un mundo donde la grandeza a menudo se mide por el tamaño territorial y el poder económico, esta nación desafía esta percepción. Este país de Europa demuestran que la influencia y la riqueza cultural no dependen del tamaño geográfico.
Cuando la gente visita este destino, se enfoca en sus esculturas, museos, edificios históricos y numerosos enclaves hermosos que adornan el lugar. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que una de sus características menos conocidas lo convierte en un destino muy peligroso e inseguro, requiriendo mucha precaución.
El país más pequeño del mundo es el Vaticano, con solo 0.44 kilómetros cuadrados de extensión territorial, según su propio gobierno. Conocido oficialmente como el Estado de la Ciudad del Vaticano, está ubicado dentro de Roma, la capital de Italia. Parcialmente rodeado por muros, su principal punto de interés es la Plaza San Pedro, donde las columnas marcan la frontera del país y permiten libre acceso y circulación de personas.
Según el gobierno del Vaticano, el país se estableció oficialmente a través del Tratado de Letrán, firmado entre la Santa Sede y el Reino de Italia en 1929. Este tratado convirtió al Estado en un organismo soberano de derecho público internacional, distinto de la Iglesia, y universalmente reconocido.
Alberga la Basílica de San Pedro, los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina. Foto: iStock
En el Vaticano residen aproximadamente 950 personas, pero cada año recibe a millones de turistas atraídos por su singular encanto. Esta combinación de una población pequeña con un alto nivel de turismo y su limitado territorio hace que el Vaticano tenga la tasa de criminalidad más alta del mundo. Es sorprendente pensar que uno de los destinos más sagrados sea también uno de los más inseguros.
Es importante destacar que la alta tasa de criminalidad en el Vaticano no se debe a un mayor número de delitos en comparación con otros países, sino a la mayor cantidad de delitos por persona. Esto significa que hay más delitos por habitante.
Es la sede de la Iglesia Católica y residencia oficial del Papa. Foto: National Geographic
La mayoría de estos crímenes son cometidos por turistas o visitantes que no residen en el Vaticano y aprovechan su estancia para delinquir. Los delitos más comunes son robos y atracos sin violencia, por lo que es crucial mantenerse alerta mientras se visita este pequeño país.
Se estima que cada año se reportan unos 900 delitos en el Vaticano, lo que equivale a un delito por habitante. La mayoría de estos delitos no se resuelven, ya que se consideran hurtos menores y los responsables no son detenidos.
De estos 900 delitos, aproximadamente 150 nunca se resuelven. Esta alta tasa de criminalidad relativa se debe principalmente a turistas y visitantes que cometen robos y atracos sin violencia.
En el Vaticano, los visitantes pueden realizar una variedad de actividades culturales y religiosas. Entre las principales se encuentran:
El Vaticano es el país más pequeño del mundo con solo 0.44 kilómetros cuadrados. Foto: iStock