La humanidad siempre ha buscado formas de adaptarse a la naturaleza, y uno de los ejemplos más fascinantes es la ciudad ubicada en el cráter de un volcán. Ubicado en un país Sudamérica, este lugar ofrece hermosos paisajes a más de 3,300 metros sobre el nivel del mar.
Además de la isla Aogashima en Japón, este país sudamericano posee uno de los dos únicos volcanes habitados del planeta. Este sitio alberga a una comunidad que ha aprendido a vivir en armonía con su entorno volcánico, del cual saca provecho de sus suelos fértiles.
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Ecuador es el país que tiene la única ciudad habitada sobre un cráter en Sudamérica. Se trata de San Isidro de Pululahua, ubicada dentro de la caldera de un volcán. Con un diámetro de 12 kilómetros, Pululahua es una de las más grande del mundo. Según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, este volcán es diferente a otros debido a su formación, compuesta por varios domos de lava dispersos en 40 kilómetros cuadrados.
El nombre "Pululahua", que en quechua significa "nube de agua", refleja la constante neblina que envuelve la zona. Aunque el volcán tuvo su última erupción hace 2.300 años, es considerado como potencialmente activo.
A más de 3.300 metros sobre el nivel del mar, en el corazón de los Andes ecuatorianos se levanta el volcán Pululahua. Foto: Qosqo/Facebook
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Vivir en Pululahua es una mezcla de tranquilidad y conexión con la naturaleza. La comunidad de San Isidro de Pululahua está compuesta por unas 30 familias que se dedican principalmente a la agricultura y el turismo. Víctor Murillo, un residente de 14 años, trabaja en el Hostal Pululahua y, en declaraciones al medio Reuters, describió el lugar como "un refugio de paz donde el sonido del viento y los grillos domina el ambiente".
Las casas están dispersas y la mayoría de los residentes son personas mayores que han vivido allí toda su vida. Anita Tisalema, de 68 años, destaca la tranquilidad del cráter en comparación con el bullicio de la ciudad. Sin embargo, la vida no es fácil; la falta de infraestructura significa que los habitantes deben subir una empinada colina de una hora para abastecerse de alimentos cada semana.
Según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, este volcán esta compuesto por varios domos de lava dispersos en 40 kilómetros cuadrados. Foto: IG/M.Almeida
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La agricultura en Pululahua se beneficia de la riqueza mineral del suelo volcánico. Los agricultores cultivan una variedad de productos como maíz, papas, habas y frijoles, aprovechando los nutrientes que las erupciones pasadas han dejado. Aunque solo pueden sembrar una vez al año debido a la falta de riego, los cultivos son abundantes y saludables.
Antiguamente, la extracción de cal y yeso era una actividad común, pero hoy en día, la agricultura y el turismo son las principales fuentes de ingreso.
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Llegar a Pululahua no es tarea sencilla. La única vía de acceso está en mal estado, y se puede llegar en auto, a pie o a caballo. Desde el mirador de Ventanillas, los visitantes pueden observar el cráter y la comunidad antes de descender por un sendero de dificultad media que toma aproximadamente 90 minutos.
Los visitantes pueden explorar cinco senderos ecológicos que incluyen el Cerro El Chivo, el domo Pondoña y el bosque nublado de Lulumbamba. Las aguas termales y los restos de actividad volcánica en Pailón son otros puntos de interés. Además, el Ministerio del Ambiente ha acondicionado áreas para acampar y un hostal que ofrece comodidad a los turistas.