La madrugada del martes 26 de marzo ocurrió una tragedia en Baltimore, Estados Unidos, cuando el puente de Francis Scott Key se desplomó tras ser impactado por el barco Dali contra uno de sus pilares. Este siniestro resultó en la desaparición de 6 trabajadores, todos latinos, quienes realizaban labores de mantenimiento en el momento del choque. Las autoridades, tras intensas jornadas de búsqueda, declararon muertos a estos trabajadores. Este hecho consternó a la comunidad latinoamericana y a todo el país estadounidense.
La noticia, más allá de la comunidad local, afectó también a las naciones de origen de los afectados: México, Honduras, Guatemala y El Salvador. La confirmación de que los desaparecidos son todos inmigrantes latinos, según declaraciones de Jesús Campos, empleado de la compañía Brawner Builders y colega de los desaparecidos, subraya la vulnerabilidad y los riesgos a los que se enfrentan diariamente los trabajadores migrantes en Estados Unidos.
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Los trabajadores desaparecidos, ahora declarados muertos, eran parte esencial del equipo de Brawner Builders, encargados de las reparaciones en el puente de Francis Scott Key. Entre ellos, destacaba Miguel Luna, un salvadoreño que dedicó 15 años de su vida a la compañía y era padre de 3 hijos. La Cancillería de Guatemala también confirmó la desaparición de 2 compatriotas, de 26 y 35 años, mientras que la prensa internacional mencionó a Maynor Yassir Suazo Sandoval, de Honduras, entre las víctimas mortales.
La búsqueda de los trabajadores desaparecidos se extendió durante varias jornadas, en las que equipos de rescate y buzos del FBI emplearon cámaras robóticas en las aguas del río Patapsco. Sin embargo, la decisión de suspender las operaciones se tomó tras considerar el tiempo transcurrido y la temperatura del agua. La Guardia Costera de Estados Unidos, liderada por el vicealmirante Shannon Gilreath, anunció que la misión ahora se enfocará en la recuperación de los cuerpos para entregárselos a las familias afligidas.
José Campos, un compañero de los trabajadores desaparecidos, expresó su dolor ante la tragedia. En declaraciones a la prensa, Campos compartió su deseo de que, contra toda esperanza, sus colegas pudieran estar vivos. "Es una tragedia terrible e imprevista", afirmó tras reflejar el shock y la angustia que embarga a toda la comunidad y, especialmente, a las familias de los afectados.
La destrucción del puente de Francis Scott Key generó una pérdida humana irreparable, pero también plantea desafíos significativos para el tráfico y la economía local. El gobernador de Maryland declaró el estado de emergencia, mientras que el presidente Joe Biden aseguró que el Estado federal asumirá los costos de reconstrucción del puente. A pesar de estas medidas, la comunidad sigue demandando respuestas y garantías de seguridad para prevenir futuras tragedias.