Las encuestas indicaban que la mayoría de los ciudadanos griegos respaldaba el proyecto de ley propuesto por el Gobierno conservador, el cual también contaba con el apoyo de cuatro partidos de izquierda. Así, el Parlamento de Grecia ha dado luz verde a la legalización del matrimonio civil entre parejas del mismo sexo. Este paso representa un hito político, a pesar de la oposición de la poderosa Iglesia ortodoxa griega. De los 254 votos emitidos, 176 fueron a favor, 76 en contra y 44 se abstuvieron.
Los sondeos previos a la votación ya anticipaban que la mayoría de la población estaba a favor de esta medida impulsada por el Ejecutivo conservador y respaldada por partidos de la izquierda. Este hecho es considerado por el líder del Gobierno como un avance significativo.
"Este es un día de celebración porque, a partir de mañana, eliminaremos otra barrera que nos separa, construyendo así un puente hacia una convivencia más armoniosa en una nación de ciudadanos libres", declaró Kyriakos Mitsotakis, primer ministro de Grecia.
Algunos ciudadanos respaldaron la medida aprobada por el Parlamento. Foto: AFP
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Desde el inicio, la Iglesia, con gran influencia en el país, se mostró contraria a la ley argumentando que "eliminaría los conceptos de paternidad y maternidad" en Grecia, donde la Constitución aún destaca al cristianismo ortodoxo como la religión oficial. Incluso solicitó que la votación en el Parlamento fuera por llamado nominal, de manera que fuerce a los diputados a declarar su voto en voz alta, un movimiento visto como un intento de presionar al partido de Mitsotakis, Nueva Democracia, que había ganado las elecciones de junio con mayoría absoluta.
Grecia marca un hito al convertirse en el primer país de tradición cristiana ortodoxa en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción por parejas homosexuales, con una votación parlamentaria de 176 a favor, 76 en contra, 46 abstenciones y dos votos registrados como "presente". El respaldo de Syriza y Pasok, principales partidos de la oposición, fue crucial para la aprobación de esta medida, especialmente porque una fracción de los diputados de Nueva Democracia votó en contra, se abstuvo o se ausentó de la votación.
El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, celebró este avance en Twitter y destacó que Grecia es ahora el decimosexto país de la UE en reconocer el matrimonio igualitario. Asimismo, resaltó el compromiso del país con los derechos humanos y sus valores progresistas, democráticos y europeos.
A pesar de los desafíos, incluida la división dentro del partido gobernante y la falta de apoyo unánime de la población —con un 46% a favor y un 47% en contra, según encuestas de SKAI—, la ley se aprobó. La Iglesia ortodoxa, crítica durante todo el proceso, había pedido una votación nominal como estrategia de presión a los legisladores.
Ante esta situación, Mitsotakis instó a la Iglesia a no intervenir en asuntos gubernamentales y argumentó la separación de las responsabilidades estatales y eclesiásticas. Subrayó que la ley concierne al matrimonio civil, un tema estatal, y no afecta al matrimonio religioso, que cae bajo la jurisdicción eclesiástica.