La Gioconda, una de las más famosas obras de Leonardo da Vinci, fue rociada con sopa este domingo 28 de enero por dos activistas ecologistas, quienes irrumpieron la seguridad del museo Louvre, en París, Francia, para exigir a las autoridades “el derecho a una alimentación sana y sostenible”. En imágenes que fueron compartidas en las redes, se ve a las jóvenes lanzar el líquido mientras gritaban: “¿Qué es más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y sostenible?".
Aunque el cuadro no resultó dañado, ya que está blindando con un vidrio desde hace años, la seguridad del museo optó por cerrar la sala donde se ubica la Gioconda. El museo más grande del mundo tiene previsto presentar una denuncia oficial este lunes 29 de enero.
La protesta fue realizada por el grupo Riposte Alimentaire. Foto: @riposte_alim/Twitter
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De acuerdo con la agencia AFP, el accionar en contra de la Mona Lisa fue reivindicado por un grupo francés denominado Riposte Alimentaire (Respuesta alimentaria). La organización social, autodenominada como "una campaña de resistencia civil", denunció la inseguridad alimentaria que existe en Francia, así como los efectos negativos de la industria agrícola.
"En Francia, una de cada tres personas se salta comidas por falta de medios. Nuestro modelo estigmatiza a los más vulnerables y no respeta nuestro derecho fundamental a la alimentación. Los agricultores sufren las presiones de los supermercados, que llegan incluso a obligarles a vender con pérdida", señalaron a través de su cuenta de la red social X.
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Asimismo, pidieron que un cambio en la industria agrícola, la cual aseguran, es responsable “del 21% de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero y contribuye en gran medida al deterioro de nuestra biodiversidad”.
La protesta por una alimentación sana y sostenible realizada contra el cuadro de la Gioconda forma parte de una serie de manifestaciones en contra del Gobierno francés, la cual ha estado liderada por sindicato de agricultores.
De acuerdo con este sector, algunos de sus reclamos son las exenciones fiscales para el combustible agrícola, disminución de la burocracia y cambios en la políticas de importación de alimentos.