Quien hubiese conocido a Friedrich Schwend y lo hubiera visto sonriente en su caserón en la carretera Central en Santa Clara, rodeado de árboles y animales, jamás hubiera imaginado que se trataba de un sanguinario nazi que fue parte de la Operation Bernhard y que era amigo cercano de otro criminal de guerra, Klaus Barbie, responsable de la ejecución y asesinato de 4.000 personas, la deportación de 7.500 judíos —los cuales fallecieron en su mayoría en centros de concentración— y participó en la captura del Che Guevara.
En 1947 llegó al Perú, dos años atrás había sido capturado por EE. UU. y canjeó su libertad a cambio de información que le permitió recuperar su dinero, según reportaron medios locales. Vivía impunemente en Lima pese a que no fue un nazi más: lideró un plan para falsificar libras esterlinas durante la Segunda Guerra Mundial.
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Schwend se sentía tan cómodo en Lima que ni siquiera se cambió el nombre, solo lo castellanizó a Federico. El nazi se refugió en Perú después de la Segunda Guerra mundial y fue parte del plan del Tercer Reich —la Alemania liderada por Adolf Hitler— para falsificar libras esterlinas en el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín. La estrategia pretendía provocar el colapso de la economía británica durante el conflicto armado.
Federico era el encargado de vender los billetes en el mercado negro y a título de comisión se quedaba con la tercera parte de las ganancias. El hecho fue de tal gravedad que las autoridades británicas tuvieron que retirar de circulación todos los billetes auténticos de cinco libras para detener la falsificación. Inclusive el Banco Alemán terminó comprando las libras esterlinas falsas, puesto que el estafador comercializaba la moneda en territorio nacional.
Cuando la Alemania nazi fue derrotada, Schwend fue tenido por la OSS, antecesora de la CIA. Sin embargo, en 1947 abandonó Europa con un pasaporte de la Cruz Roja Internacional emitido en Roma a nombre de Wenceslau Turi. Así llegó a Lima y se estableció con su esposa.
Schwend y Barbie en casa del alemán en 1972. Foto: difusión
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En 1963 la noticia de un asesinato llenó los titulares de periódicos limeños: Ingrid Schwend, hija del nazi de 24 años, mató de cinco disparos a su amante, un conde español llamado Sartorius. El caso acabó con la apacible vida del alemán y lo llevó a ser parte de la noticia diaria, según cuenta en una crónica el periodista Luis Jochamowitz.
El nazi, sin embargo, hizo de todo en Lima: hay informes que datan de los años 60 de la CIA, el Servicio de Inteligencia Británico y el Servicio Federal de Inteligencia de Alemania Occidental que vinculan a Schwend en falsificación de monedas, tráfico de estupefacientes y venta de armas.
En 1972, cuando fue asesinado Luis Banchero Rossi —un importante empresario dedicado a la exportación de harina y aceite de pescado— la policía detuvo al estafador debido a que documentos de la víctima dejaban en evidencia que Schwend había extorsionado a funcionarios peruanos, había vendido secretos oficiales y violado el régimen de cambios.
Friedrich Schwend en Santa Clara. Foto: difusión
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Fue condenado por retirar del país ilegalmente divisas y en 1976 fue deportado a Alemania Occidental, donde fue arrestado por no pagar la cuenta de un hotel. Finalmente, regresó a Perú y falleció en 1980.