El presidente de Colombia, Gustavo Petro, que cumple el próximo 7 de agosto un año en el poder, ha sabido salir airoso de varios escándalos en los que han estado comprometidos sus hijos o entornos amicales, y gabinetes políticos que hasta hace un tiempo le eran fieles.
Con serenos reflejos ha sabido desplazarse entre la jauría política de su país. El padre, el presidente, sigue eligiendo a la justicia antes que a su hijo. No ha señalado a la Fiscalía de persecución política ni de buscar afectarlo ante la detención, este último sábado, de Nicolás, su primogénito, investigado por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
Si bien el caso judicial no afecta directamente al mandatario, pero el escándalo puede debilitar aún más su Gobierno cuando faltan tres meses exactos para las elecciones municipales y regionales de octubre y el mandatario carece de mayorías legislativas para lograr la aprobación de sus reformas en el Congreso.
Las últimas 48 horas han tenido de todo para el presidente Gustavo Petro y su equipo político dado que el 29 se venció el plazo para la inscripción de candidatos a las regionales.
Se han movido en diferentes locales, han seguido de cerca los líos internos que se tuvieron en el Pacto Histórico (coalición de partidos y movimientos de izquierda que lidera Petro) para avalar candidatos y, tal vez lo más importante, se ha analizado de qué forma la captura del primogénito del jefe de Estado impacta en la Casa de Nariño.
El primera tropiezo no tardó en llegar. Ante la denuncia de la exnuera de Petro de que el postulante a la Gobernación, del Atlántico, Máximo Noriega, habría recibido dinero del acusado de narcotráfico Santander Lopesierra, por lo que la coalición liderada por Petro le retiró el aval para continuar candidateando por Pacto Histórico.
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Para los medios y analistas, el silencio de Petro es particularmente llamativo, pero todo hace presumir que la proximidad de las elecciones regionales se encargará de calentar los ánimos de la oposición frente al mandatario colombiano.
Firme. El jefe de Estado colombiano ya aseguró que no intervendrá ni presionará las decisiones de la Fiscalía para beneficiar a su hijo.
Enemigos. Petro mantiene una abierta y acérrima rivalidad con el fiscal general de su país.