En China, un fugitivo que se había escapado de prisión en el año 2002 finalmente fue encontrado gracias a las imágenes captadas por un dron. El criminal, que se dedicaba al tráfico de mujeres y niños, se había refugiado en una cueva remota de las montañas y vivía como ermitaño.
El sujeto identificado como Song Jiang escapó de la cárcel mientras cumplía su condena, y al momento de ser encontrado tenía 63 años. Había huido hacia las montañas de Yunnan, su provincia natal, donde permaneció durante casi dos décadas aislado de la sociedad.
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Jiang pudo sobrevivir casi 20 años “recolectando agua de río en una botella de plástico y usando ramas de árboles para hacer fuego”, según informaron los medios estatales.
Las imágenes captadas por el dron también mostraron una especie de cama fabricada con rocas en la parte trasera de la cueva y algunos utensilios parecidos a ollas viejas ennegrecidas por el hollín, en las que posiblemente cocinaba.
Los medios chinos también narraron que Song Jinang vivió sin interacción humana durante demasiado tiempo, por lo que le costó comunicarse con los oficiales que lo intervinieron.
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El hallazgo del hombre se produjo luego de que las autoridades recibieran un aviso sobre su posible ubicación, de acuerdo con precisiones de la policía del condado de Yongshan.
La alerta condujo a las autoridades hacia las montañas; sin embargo, tras largas jornadas de búsqueda, no pudieron encontrar alguna evidencia del paradero de Song. Ante esta situación, decidieron enviar drones en un intento por rastrearlo desde el aire.
Como parte de las primeras pistas, los drones encontraron una baldosa de acero y retos de basura en un espacio remoto. Hasta esa zona se desplazaron a pie los agentes, quienes encontraron finalmente al fugitivo que llevaba 17 años en una cueva.